Un estuche para el amor
Capítulo IV
Un mensaje tentador
Luego que madre e hija culminaron su consejo tribal, con Carola ya recompuesta de su crisis emotiva, ambas se disponen a culminar el almuerzo y a desarrollar el primer objetivo específico del proyecto planeado por ambas, que consiste en hablar con los niños e iniciar la etapa formativa de un proceso enseñanza aprendizaje, sobre la nueva conciencia de economía familiar que deberá establecerse en la casa.
A manera de inicio, mandan a los niños ducharse y a ponerse ropa limpia. Por lo general al igual que Carola, los chicos deambulan por todo el departamento en pijamas y descalzos, solo con los calcetines puesto, despeinados y sin cepillarse los dientes.
Llega un mensaje de texto al teléfono móvil de Carola, ella lo revisa de inmediato y ve que es de un número desconocido: “El ondulante serpentear de tu cuerpo en medio de la semi oscuridad, aun danza en mis ojos… ¿podemos vernos?, soy Larry”. Carola lee sorprendida el mensaje, le encanta lo que lee, se ríe sola mirando hacia los lados, para asegurarse de que no tiene espectadores que la puedan descubrir.
Lee con cuidando que su madre no la descubriera, le agrada lo que lee, le parece amable y poético, una de sus pasiones frustrada ha sido el amor por la literatura con la que hubiese querido escribir algo, especialmente poesía. Iba a responderle, pero lo dejó para luego, ahora estaba muy ocupada en casa y no quería estropear los planes de su madre.
_Vamos hija, llama a los niños y vente tú también, la mesa está servida. - Invoca Mónica a sus consentidos comensales.
La familia come reunida alrededor de la mesa principal, cosa muy poco usual en ellos, pues cada uno suele comer en cualquier parte de la casa, dentro de los cuartos generalmente, o tumbados en el sofá frente al televisor, consumiendo alimentos absolutamente procesados, ricos en grasas saturadas, poblados de grasas trans, con exceso de sal, bebidas sódicas y ausentes totalmente de todo valor nutricional. Evitan a toda costa incorporar alimentos orgánicos, que no contenga frutas ni vegetales.
Valentina y Mauricio comen frunciendo la boca, resistiéndose a ingerir los odiosos bocados, apartan los vegetales, dejándolos huérfanos a un costado del plato, el pequeño Charly lloriquea y se queja del menú y se niega radicalmente a comerlos.
_Estos aliños no me gustan, no quiero, la cebolla me pica, Valentinaaa, hermanaaa salvameeee… Lloriquea el chiquillo abriendo la boca grandemente como si lo estuvieran matando.
_Ya, Charly, ven, toma un bocado más ¿sí? - Trata la hermana mayor de rescatar y consolar a su hermano más pequeño, lo hace con un tono maternal, logrando apaciguarlo, pero sin obtener el éxito de que termine su plato.
Las madres observan la tragedia en la mesa en silencio, Carola siente un peso sobre sus hombros, se le corta la respiración y se le sube el calor, y el color, a las mejillas y recalienta sus orejas, está a punto de estallar y proferir los acostumbrados gritos, alaridos y palabrotas siempre, que se presentan estas querellas caseras. Mónica la observa e interviene a tiempo, antes de que el volcán emocional entrase en erupción.
_ Bueno, bueno, ¡basta!, no se termina el mundo aquí. – La voz de alto la hace con voz firme y sentenciosa, de inmediato los niños y la madre, centran toda la atención en las palabras de la sabia abuela quien le da un giro a la situación, convirtiéndola en una actividad didáctica.-
_Oigan niños, ¿acaso en la escuela no le enseñaron una clase sobre la importancia de alimentarse bien y nutrir nuestro cuerpo con alimentos sanos? – Los niños la escuchan absortos sin proferir palabra. - Vamos pequeños respondan.
_ Si abue.- Inicia Valentina, contrariada, como si se encontrara en una estrecha cápsula que le dificulta respirar.
_Si abue.- Le sigue Mau y de inmediato, llega la respuesta de Charly, con los ojos llenos de lágrimas emitiendo un hondo suspiro, que le llena los pulmones de aire como liberándose de una penosa tortura.
_ Si abue.- Lo dice en un tono de voz tan bajito que apenas se le escucha, repitiendo, como de costumbre exactamente lo que dice su hermano.
Y tú mamá, ¿lo habías escuchado?
Si madre. – Responde en tono seco Carola. La madre la mira con un gesto de súplica, pidiéndole que le colabore y la ayude a salir a flote de ese atolladero.
_ Ok, hagamos algo niños, vayan por los libros de ciencias de la salud y los de ciencias naturales, y veamos, qué nos dicen los temas sobre la alimentación y la nutrición. Dicho esto, los niños se desincorporan de las sillas del comedor con tanta prisa, como si los acabaran de liberar de una embarazosa penitencia y corren presurosos a buscar el mandado de la abuela.
Carola intenta zafarse de la actividad didáctica, con el pretexto de recoger la mesa y poner en orden la cocina, y recuerda la asignatura pendiente que tiene, de devolverle el mensaje, a su misterioso pretendiente.
Sentados en el piso sobre una cálida alfombra que se explaya en el centro de la sala, y que el día anterior fue aspirada y aseada con esmero con la ayuda de todos, hojean los libros solicitados por la abuela, se dan cuenta que los libros les ofrecen un entretenimiento diferente, en el que a través de sus hojas pueden palpar un mundo más real, sin tener que recurrir al control de los juegos digitales.
Mónica dirige la búsqueda del tema que les ocupa, delegando a los más grandes la tarea de hojear los libros hasta encontrar el contenido que necesitan. Mientras, el pequeño Charly aguarda sentado jugando con sus manitas, sin comprender mucho, de qué se trata lo que hacen sus hermanos y su abuela.
Una vez localizado la temática, la abuela asigna lecturas y pide a los chicos que parafraseen el contenido e infieran sobre el tema, a fin de que logren internalizar lo que ésta quiere que comprendan.
_ ¿Se dan cuenta entonces, de lo importante que es de hacerse de una buena alimentación?, ¿de la importancia de incorporar las frutas y los vegetales en la dieta diaria, y de lo dañino que puede resultar la comida chatarra si se consume en exceso?
_ Entonces, ¿no comeremos más ni una sola hamburguesa?, ¡ni papitas fritas!, ¡ni un solo helado!, ¡ni un solo pedazo de pastel! – Interrumpe el preocupado Mau con los ojos húmedos y la vocecita quebrada por el llanto, al que también se le suma el pequeño Charly. ¡siii, nunca maaaaasss!
_ ¡Ha, ha, ha, ha! - se ríen las mujeres de la casa al unísono. Ha, ha, ha, claro que si pueden, mis pequeños.- Les aclara la abuela. Pero con moderación, con una vez por semana está bien para comenzar, ya después se alargarán los períodos de complacer uno que otro antojo.- La comida chatarra no es necesaria sólo que se vuelve adictiva.
Los chicos no quedan muy convencidos de la propuesta que mamá Mónica les ofrece, pero les da un poco de alivio, saber que no descartarán del todo la comida que más les gusta.
Ay mamá, ¿tú crees que todos esos esos cambios den resultado? – Le pregunta Carola escéptica.
_ Darán resultado hijita. – Añade convencida la abuela. siempre que seas constante y te traces como ya te dije, un plan, para que sepas qué hacer en cada situación, te voy a ayudar a crear un menú, un pequeño recetario, nada complicado, para que te guíes al comienzo, ya después, verás que tú solita vas a crear tu propia rutina en la cocina, y en general, aprenderás a tomar el control de toda la casa ¿vale?
_ Vale, mamita gracias una vez más, cuando estás aquí todo resulta tan fácil, los quehaceres domésticos se vuelven una tarea sencilla y armoniosa y no siento ese peso que me agobia con cada situación que se me presenta. ¿Por qué no te vienes a vivir con nosotros, ah mamita?
_ Oh vamos, eso sí que no hijita, yo tengo mi propia vida y un montón de cosas por hacer, que me tienen muy entretenida en mi día a día, además, ustedes ya son una célula independiente familiar y como tal, necesitan su propio espacio ¿eh?
_Ok, Ok, mi madrecita preciosa, tienes toda la razón, le doy gracias al cielo, porque a pesar de haberte quedado sola luego que murió papá, no te derrumbaste y aprovechaste tu dolor para fortalecerte y crecerte, ojalá yo tuviera al menos la mitad de tu temple. Estoy muy orgullosa de ti mami, eres mi heroína y mi gran ejemplo a seguir mi linda mamita.
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Hola muchas gracias amigos, espero les haya gustado este contenido que desde hace tiempo estoy construyendo, reciban un abrazo fraterno.
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