Tener la oportunidad de vivir este tipo de experiencias, te hacen darte cuenta de muchas cosas que ignorabas de lo afortunado que eres y que somos como personas al estar totalmente sanos y no tener discapacidad mental alguna; a veces somos mal agradecidos y nos quejamos de problemas banales, románticos o de tipo social, pero ignoramos que estos niños especiales serán siempre niños dado que el síndrome down te hace tener como máximo una capacidad mental de una persona de 9 años como mucho, la mayoría de ellos no se enfrentaran a los problemas de la adultez.

El poder ayudar y colaborar en estas actividades, es sumamente satisfactorio hace mucho rato que no me sentía tan bien conmigo misma y te das cuenta que el mundo de estos niños está lleno de inocencia, de amor, de compartir, de humanidad y te transmiten sentimientos de felicidad, de ternura ellos no entienden de la maldad de los problemas que aquejan al mundo y a la adultez, para ellos todo es felicidad todo es un juego son niños por siempre, estar con ellos es desestresante ellos logran minimizar nuestro problemas banales ellos trasmiten paz tienen una discapacidad pero son afortunados de cierto modo, no están contaminados por el mundo depende de nosotros cuidarlos y de la “Organización Angelitos Down”.