Entre sombras

Para muchos tener una figura paterna es algo hermoso. La mayoría desea esa figura admirable, ese padre que los ame, los guíe, los escuche, respete sus gustos y lo enseñe a ser fiel a sí mismo, darle su apoyo incondicional y sentir que es su mejor amigo. En mi caso y el de mis hermanastros fue todo lo opuesto. Desde pequeño viví una pesadilla y nunca veía venir su fin.

Mi padre es Ingeniero, y fisicoculturista. Tenía mucha fuerza, muchos músculos. Una persona muy machista, muy serio. con problemas. Nosotros teníamos miedo en solo dirigirnos a él. No teníamos libertad, estábamos sujetos bajo la opresión de el. Nos trababa a su antojo. Su lenguaje era el maltrato verbal y físico, se convirtió en cotidiano. Mis hermanastros eran mayores. Siempre fue más rudo con ellos, no sé si porque su madre murió y estaban solos. Ellos huyeron y quede solo a los catorce, así que descargo su ira conmigo.

Desde pequeño siempre viví con miedo. Siempre nos recalcaba que no éramos nadie. Y servíamos para el. Nos hacía sentir muy pequeños e inferiores. Pero yo no tenía pertenecía con eso. Fueron tantos episodios y es difícil recordar todas esas ofensas, esos golpes, la sangre, los moretones. Y no poder decir nada seguir y continuar como si nada pasara. Así seguía pasando toda mi infancia y mi adolescencia y las de mis hermanastros. No tenía la libertad de salir de mi casa nunca. No podía tener voz acerca de lo que me gustaba. Ni de quién quería ser en la vida. Como me gustaba tener el cabello o vestir, no tenía expresión, libertad. Nada, solo era un peón. Teníamos que atenderlo como rey y ser su títere.

Luego al enterarse de mi sexualidad. Enloquece. Me prohíbe todo y es más radical. Ahora más que nunca no podía salir de mi casa. Me dejaba en el colegio y me recogía. No podía siquiera hacer trabajos en grupos. debía cambiarlos a individual, si en el colegio no me lo permitían, los tenía que reprobar. Me privó de todas mis comunicaciones, el teléfono, la computadora. No podía siquiera ver televisión. Algunas veces comía frente a mí y se negaba darme. Me humillaba, y golpeaba sin razón día tras día me ofendía y me desafiaba a llorar si lo hacía se tornaba más ruda la situación, me golpeaba seco. Siempre bajaba la cabeza, todo lo debía retener y hacer silencio. No tenia opción.

Mi infancia fue muy infeliz, estuvo llena de matices y zonas grises. Sentía que era un objeto y nada más. Muchas veces lloraba. Pase por mucha depresión. Intentos de suicidio. No sentía que valía vivir así de ninguna manera.

Ser un alma alegre y amorosa me ayudó a continuar y contrarrestarlo todo. Estuve así dos años, fue cuestión de tiempo que me graduara de bachillerato. Ordene todos mis asuntos y me fui para más nunca volver! Es difícil vivir en tanta injusticia, ser tan vulnerable, pequeño y no poder hacer nada. Es tan injusto que se aprovechen de un niño inocente. Son tan cobardes. No lo acepto y no estoy de acuerdo con nada de esto que pasa en muchas familias. Esto fue un episodio y no deje que esto afectará en mi vida. Lo supere y estoy muy feliz de salir de todo el sufrimiento.

Del baúl les enseño una foto con mi tío, es militar, con seis años y una sonrisa.