Voy a amarte
No me susurres al oído lo feliz que puedes llegas a estar mientras estamos juntos, tampoco me digas lo maravillosa que soy. No me tomes de la mano mientras caminamos, ni me acerques a ti para envolverme con tus brazos, mientras los segundos se hacen largos para que el semáforo se ponga en verde. Tus besos… en mis labios, no me beses más con esa dulzura que me mata, esa ternura que me derrite y esa calidez que me embarga.
No te dejes esa barba de tres días que me encanta, y tampoco te pongas esos jeans con los que luces tan bien. Por favor, deja de lucir tan guapo con cualquier cosa que te pongas. No puedes estar siempre llevándome la contraria con todo lo que te digo, enseñándome tanto, de deportes, de música y de la vida. No me prestes atención, deja de leer mis pensamientos y deja de hacer bromas que provocan que se me escapen unas cuantas carcajadas.
No seas tan detallista, cariñoso y sincero conmigo. Tan leal como solo un amigo lo puede ser y a la vez tan amante y confidente. Pero sobre todo, no debes sonreírme así. En serio, debes de dejar de hacerlo. Tu sonrisa es superior a mis fuerzas, me hipnotiza cada vez que la veo, me pone nerviosa y hace que se me acelere el corazón, se me forma un nudo en el estómago y hace que me tiemblen las rodillas. Así que ya deja de hacer todas estas cosas, porque entonces, no voy a poder dejar de amarte nunca.