Desarrollando la resiliencia en Venezuela

Hoy deseo compartir con ustedes algunas fotos de un día importantísimo en mi vida, donde el esfuerzo y dedicación de 4 años, acompañado de muchos sacrificios y lágrimas se vio finalmente reconocido al recibir mi título de maestría.

Cuando llegué al instituto donde realizaría mis estudios, jamás imaginé que un posgrado que generalmente se culmina en dos años podría verse tan afectado por la situación económica del país. Como mis intereses siempre han estado dirigidos hacia la ecología acuática, nos planteamos un proyecto de tesis muy interesante sobre algunos de estos ambientes prácticamente desconocidos en el país (en mi post anterior), pero luego de dos años trabajando en ese proyecto y ante la creciente inflación que impedía seguir costeando mis salidas de campo tuvimos que tomar una decisión radical y cambiar el tema de mi tesis a uno totalmente distinto al que venía trabajando.

Esta situación me condujo al límite y en muchas oportunidades me cuestioné si realmente poseía la fuerza y la voluntad necesaria para continuar adelante teniendo que dejar de lado dos años de trabajo por motivos ajenos a mi voluntad.

Afortunadamente elegí sobreponerme ante las adversidades y aprovechar esta situación para dar lo mejor de mí. Logré cumplir una de mis metas más ansiadas en estos últimos años y hoy en día solo me queda agradecer todas las experiencias vividas, ya que si algo poseemos muchos venezolanos es la capacidad de la resiliencia.

Debemos recordarnos cada día que lo importante no es ignorar la realidad ni las adversidades, sino más bien aceptarlas y enfrentarlas hasta lograr salir fortalecidos de ellas.