Cada personalidad tiene sus dos polos: centrados o descentralizados. Generalmente nos desequilibramos frente a tragedias y adversidades pero no es una regla, todo puede marchar perfectamente y nosotros estar sufriendo o las cosas pueden ir muy mal y nosotros sentirnos muy bien. Cuando estamos desequilibrados tenemos un comportamiento compulsivo, algo que hacemos de forma repetitiva en el caso de los “tres” es la actividad, el trabajo.

Yo trabajé con un número “tres”, y tuve la oportunidad de verlo “desequilibrado” varias veces. Para referirme a él, lo llamaré: Zeta. En una ocasión a Zeta se le murió un familiar bastante cercano, lo único que él hacía era hablar de cifras y porcentajes. Estaba desesperado por trabajar, no podía detenerse ni un segundo. En el velorio los demás se quedaban sorprendidos de su frialdad, que en lo único que se enfocaba era en las formas en que podía hacer su empresa más productiva y en planificar sus próximos pasos, era como si intentara aprovechar ese tiempo en el que tenía que estar allá, formando una mesa de trabajo.

Cualquiera pensaría que no estaba afectado, que no estaba triste pero su comportamiento compulsivo señalaba todo lo contrario, Zeta estaba desequilibrado, él no podía afrontar la realidad de otra forma más que siendo útil y productivo, escondiéndose bajo su rol de “Gerente”. Recordemos que los mecanismos de defensa nos protegen contra una realidad que nos resulta amenazante. El mecanismo de los “Tres” es la identificación con su rol o su trabajo. Si fuese un “Uno” tal vez hubiese sentido ira, si fuera un “dos” hubiese estado ayudando a todos y siendo el pecho donde todos pueden llorar. Pero él siendo un “tres”sin poder aceptar la dura perdida no podía hacer más que mantenerse ocupado, activo, y siendo productivo, de esta forma no tendría que pensar en lo ocurrido.

En cuando a su estilo de relación el tres acompaña al “siete” y al “ocho” en la categoría de “agresivos”, son personas competitivas, que harán lo que tengan que hacer para obtener los resultados que desean y tener éxito. Cualquiera que se interponga en su camino, será pisoteado sin piedad. (Recordemos que hablamos de su forma desequilibrada)

En el estilo de intuición acompaña al “dos” y al “cuatro” tomando los sentimientos como intuición. Sin embargo a diferencia de estos, el “tres” tiene un excelente domino de sus emociones. Los “tres” son como camaleones que se adaptan al ambiente donde estén, cambia sus cualidades de acuerdo a los requisitos que se le presenten.

Para equilibrarse el tres debe fomentar en él, las características del “seis”, debe encontrarse así mismo detrás de su rol, de de su trabajo, y ser fiel a ese “yo” esencial.

Los “tres” se desequilibran en el “nueve”, cuando por su constante actividad sin descanso, el motor se quema, perdiendo su capacidad organizativa y deprimiéndose, entonces dejan de trabajar y se vuelven indolentes, como el “nueve”.

Tipo comunicación: Los tres son muy carismáticos, saben cómo convencer e influir en otros, su estilo es comercial.