Quién soy

Siempre me es complicado presentarme, creo que a todos nos pasa. Es más fácil en una conversación hablar de un tema al azar que hablar sobre ti y quién eres.

Verán, mi nombre es Mariannie, tengo 24 años y vivo en Caracas. Cada vez que le digo mi nombre a alguien debo repetirlo varias veces, y si lo tienen que escribir, pues se imaginarán.

Nací dentro de una familia budista. Sí, soy creyente y practicante del Budismo Nichiren, un tipo de budismo proveniente del Japón y que tiene más de 40 años establecido en Venezuela.

Haber crecido en una familia budista ha sido bastante interesante. Tengo unos padres, abuelos y tíos muy sabios, quienes con su ejemplo se encargan de cuidar y enseñar a otras personas en esta práctica tan bonita. Por lo tanto, para mí es natural ser muy alegre y siempre estoy dispuesta a ayudar a los demás.

Mi familia también está llena de arte. Desde muy pequeña he estado en contacto con ella, pero no fue hasta hace muy poco tiempo que tomé conciencia del poder que tiene esto dentro de mi.

(De vez en cuando me gusta pintar cosas así)

Una de mis tías es una increíble restauradora de obras, ella me enseñó a apreciar y respetar a los grandes pintores del mundo y además, con una voz muy potente, me enseñó a que cantar es la mejor manera de llegar al alma de las personas.

Por aquí cantándole a la gente a principios del 2017 en un lugar mágico

Amo y respeto todas las expresiones artísticas. Admiro mucho a todas las personas que han decidido dedicar su vida al arte. Siento que pude haber escogido a cualquiera de ellas, pero finalmente me decidí por la música.

En mi adolescencia perdí mucho tiempo en malas amistades y "pensando en pajaritos preñados", como decimos en Venezuela. Por esto, me empecé a dedicar a la música seriamente a los 18 años.

Comencé a estudiar piano con una profesora muy anciana, pero la más jovial y respetada de todos los tiempos: Bruna Monestiroli. Alumna del magnífico Alfredo Cassella y sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial (cuando ví mis primeras clases ella tenía 99 años).

Lamentablemente mi maestra falleció al año de darme clases, pero aprendí grandes lecciones de la vida con ella. Era tan fuerte y dedicada que me inspiraba.

Pasé algún tiempo con otra profesora y llegué finalmente a estar bajo la tutela de mi actual maestra, María Eugenia Atilano. Todas mis clases con ella son de gran aprendizaje, agradezco mucho a la vida por toparme con ella y permitirme ser su alumna.

Como verán, no puedo describirme en palabras exactas, preferí contarles un poco mi historia y ustedes podrán darse cuenta cómo soy.

Actualmente me dedico también a la docencia de preescolar y básica en él área de la música, un trabajo que cada día disfruto mucho más.

También me encuentro grabando mi primer EP, ya es hora de empezar a creer en mí y en mi potencial. Es hora de regalarle al mundo mi visión e interpretación de la música.

Concluyo este post con un escrito que me dedicó mi abuela y siempre lo tengo presente: