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Hola steemians! Un placer saludarles nuevamente. En esta ocasión quiero compartir una reflexión que ha estado dando vueltas en mi cabeza, desde que tuve la oportunidad de escuchar una entrevista realizada en radio por César Miguel Rondón, a la Dra. Cecilia García Arocha, Rectora de la Universidad Central de Venezuela en relación al éxodo masivo de profesionales y técnicos universitarios venezolanos y, las infelices, por decir lo menos, declaraciones de Nicolás Maduro en el marco de la inauguración de la Universidad Martin Luther King en el Estado Lara.

“¿Tú te irías a Miami a lavar pocetas?” fue la pregunta que hizo este martes el presidente de la República, Nicolás Maduro, al referirse a las miles de personas que han decidido emigrar de Venezuela por la crisis política, social, y económica.
Esa interrogante el primer mandatario se la hizo a los asistentes a la inauguración de la Universidad Martin Luther King en el estado Lara, para referirse a aquellos venezolanos, quienes se desempeñan en el mencionado oficio en el exterior, luego que en Venezuela la crisis económica y los índices de inseguridad mermaron su calidad de vida y buscan en otras latitudes vivir de forma digna.
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Sin entrar a discutir las razones, válidos en uno u otro caso, que podamos tener los venezolanos para emigrar, o permanecer en nuestro país, mi publicación está dirigida a explorar una arista de la problemática de la migración masiva de profesionales y técnicos, es decir, talento humano alta o medianamente calificado, y que se encuentran desempeñando trabajos u oficios en el exterior, que no demandan de los conocimientos, habilidades y destrezas adquiridos durante sus estudios o en su desempeño laboral en Venezuela.

En este punto, quiero destacar que no es mi intención referirme en forma despectiva a las personas que, por razones que son del conocimiento público, se han vistas forzadas a salir del país en busca de mejores oportunidades para sus familias y para sí mismas, y que se encuentran actualmente, o estuvieron en un pasado reciente, laborando en empleos de baja calificación, es decir, desempeñando labores dignas para las cuales no estudiaron o fueron formados.

En este contexto, paso a exponer las razones que me llevan a pensar que, la crisis de proporciones dantescas que padecemos quienes aún permanecemos en el país, de alguna manera, se ha desbordado hacia otras latitudes y prueba de ello, son las oleadas de refugiados que día a día transitan por los caminos y poblaciones de Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y Chile, en busca de una mejor calidad de vida, y que ha llevado a dichos países a establecer controles fronterizos, permisos temporales de permanencia o de trabajo, para paliar en algo una situación que pareciera escapárseles de las manos.

1.) En primer lugar , los países receptores de profesionales y técnicos universitarios venezolanos que desempeñan oficios de baja calificación, están desaprovechando un talento humano preparado, es decir, hay una sub-utilización de un recurso por el cual no invirtieron ni un centavo partido por la mitad, en su formación. Esta situación es a claras luces, una pérdida para los países receptores.

2.) En segundo lugar, el éxodo de venezolanos alta o medianamente calificados, constituye una gravísima pérdida para el país, independientemente de que estudiaran en instituciones públicas o privadas, en el primer caso, la educación fué costeada por el estado venezolano (no hablo del gobierno de turno), del cual todos formamos parte, y que contribuímos con nuestros impuestos, sin recibir una contraprestación acorde a nuestros tributos, dado que quienes emigran, ya no están en capacidad de prestar servicios, intercambiar bienes o generar puestos de trabajo en sus comunidades . En el caso de la educación privada, ciertamente alguien pagó por su formación, bien sea con sus propios recursos o los de sus padres, con la esperanza de hacer uso de sus conocimientos para su propio bien y el otros. Esta situación, lejos de ser una bendición, constituye una tragedia.

3.) Finalmente, para la propia persona que se vé forzada a tomar un empleo para el cual se encuentra sobrecalificado, constituye una pérdida a mediano o largo plazo, porque si bien, en un primer instante, este oficio de baja calificación le permite obtener un ingreso digno que le permita satisfacer sus propias necesidades y las de su familia, superior al que podría percibir en su propio país, sin embargo, al cabo de los meses o años, la realización de un trabajo rutinario, monótono, en el que no hay espacio para la innovación y la creatividad, le pasará factura, sinó logra insertarse exitósamente al mercado laboral del país receptor.

Posteriormente a las desafortunadas declaraciones de Maduro, circularon en las Redes Sociales, cadenas, memes y testimonios de personas que habrían levantado a sus familias "lavando pocetas", sin embargo, quise abordar este tema desde otro punto de vista, me gustaría mucho conocer el de Ustedes.

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