Noches de terror y miedo

Noches de terror y miedo…

    Noches de grandes historias de amor, pasión, y de terror. En noches como esta, así, llena de luz de luna; blanquean los cardonales y deja ver hasta muy lejos el camino, la playa, los arenales, el mar embravecido. Noche con luna o sin luna, en la que salen toda clase de duendes y fantasmas, las sirenas y los careyes embrujados.

    Los hombres que conocen las mágicas oraciones para convertirse en perros y en tigres-palenques. Las mujeres, por el contrario se convierten en culebras y pájaros negros que graznan y se abaten en el suelo como si fueran mochuelos. Sí,igualitos como si fueran unos mochuelos.

    Sólo se puede reconocer su verdadera forma si le echas un poco de sal y de mostaza – ¿qué cosa será mostaza?-, y entonces ella recupera su forma, pero toda fea, con la piel desprendida, porque las brujan dejan la piel guardada en su casa dentro de un pilón.

    Me estremezco ¡zapegato!...Verdaderamente, no tendría valor para hacer la prueba y echarle un puñado de sal cuando pasan volando como si fueran mochuelos.

Noches de terror y miedo…

     Maíta ha prendido una enorme fogata con cardones secos en el patio delantero del rancho. Alrededor nos sentamos el viejo Damián, Doña Anacleta, Don Pedro, abuela Tomasa, maíta, paíto y yo, a contar historias de muertos, duendes y aparecidos.

    Por aquí dicen que hay dos clases de duendes. Los que viven en los arenales, dentro del monte más tupido y que se roba a los niños que están sin bautizar. Los encantados que viven en las lagunas y en los pozos y que también se llevan a los niños a pueblos que hay dentro de los pozos.A veces, después de muchos días los devuelven ahogados.

Noches de terror y miedo…

    En noches como ésta, a Juan El fruncío, se lo robó un duende cuando era muchachito. Dicen que era muy bonito. El duende le quemó la carita. Se tuvo que hacer el muertito para escaparse del pozo. Él mismo nos contó junto al fuego, en una noche como ésta. Con la luz de la luna que emborracha de misterio y sobresalto, mientras los negros pájaros, pasan volando al ras del suelo con sus escalofriantes chillidos, casi humanos. ¿Pájaros o brujas?

Noches de terror y miedo…

    Me arrimo todo lo más que puedo entre las piernas de maita. Entonces, ella comienza a contar una historia, cuando interviene la tía Nicolasita: “¿te acuerdas de Anacleta la querida del policía que vive al otro lado de la quebrada?

    Un frío me recorre la espalda, he oído muchas veces esa historia. Anacleta era la mujer del policía pero tenía un amante, joven pescador de la población de Guayacán. Ella se encontraba con él todas las noches debajo de la ceiba, cerca del pozo. Entonces, una noche de luna como ésta, vio unos trapos llenos de sangre. Ella pensó que sería una mujer que parió por ahí, y botó al muchachito; de repente, oyó el llanto de un niño. Lo vio entre la penumbra de la noche, envuelto en trapos, y al acercarse, el muchachito le saltó encima, mientras le enseñaba los dientes afilados. Me da escalofríos al imaginarme la escena y me pego a mi abuelita muy asustado. Salió corriendo enloquecida, dando gritos. Unos hombres que venían pasando la auxiliaron.

    Estuvo mucho tiempo perdida de la razón, pero lo más importante fue que “se le quitó la putería, y hoy es una viejecita que de noche no sale sola ni a palos”. A lo que Anacleta afirmó: “Así mismo fue, una noche como ésta de espantos y brujas”.

Me levanto de allí y me dirijo al rancho. Me acerco a la ventana y salgo volando y graznando como cualquier mochuelo.

Fuente

Seguimos adelante las aventureras; @rosanita y @mafalda2018. Hasta la próxima.

Se despide.