El Diario de Alessandra: "Playa, fotos y sexo."

"Una oferta de trabajo en las Islas Canarias desencadenó esta historia, una propuesta bastante atractiva que consistía en una sesión de fotos para un importante comercial, aunque era trabajo, el viaje me permitiría relajarme un poco luego de la fiestas navideñas. El lugar era hermoso, el hotel espectacular, una vez registrada decidí tomar algo en el restaurante del mismo, entonces estando en la barra lo vi, había llegado por unos cigarrillos, nos miramos y continuó su camino, me pareció algo arrogante a pesar de ser un hombre bastante atractivo, poco fornido, alto de piel trigueña, y una ligera barba algo descuidada pero sexy, no puedo negar que llamó mi atención.

Luego de un rato, llegué al área donde se realizaría la sesión de fotos, algo tarde por cierto, lo que había molestado a mi fotógrafo, para mi sorpresa se trataba del chico que había visto en el restaurante del hotel, fue algo extraño, no me lo esperaba, al estrechar su mano en la presentación solo dijo: "Soy Marcelo, tengo algo de prisa así que comencemos". No puedo negar que sentí algo de molestia, quizás su aparente indiferencia me incomodaba.
Comenzamos a trabajar, no podía eludir la atracción que sentía por él, tal vez su antipatía y arrogancia me gustaba lo que me llevó a realizar diversas poses muy sensuales e insinuantes acompañada de miradas sugerentes que lograran intimidarlo, pero al parecer era inútil, tal vez su ética pesaba más, sentí algo de frustración, o quizás se trataba de su orientación sexual.

Al finalizar la sesión, se acercó agradeciendo mi trabajo y haciéndome una propuesta especial para una revista para la que trabajaba, al parecer la modelo que esperaba no podía llegar puesto que habría perdido el vuelo. La cita seria el mismo día al atardecer, en un lugar un poco más alejado y solitario del hotel , el pago era bastante atractivo así que acepté.

Al llegar solo estaba él, lo que me pareció algo extraño, mientras instalaba sus equipos y ajustaba la iluminación me explicaba que las fotografías debían tener una importante carga erótica y debía ser lo más sensual posible. Entonces comenzamos, primero con trajes de baños muy pequeños y sugerentes que apenas podían tapar mis zonas íntimas, luego me pidió que me quitara la parte superior quedando mis pechos totalmente expuestos, una mirada algo pervertida lo delató por un instante, le gustaba y lo sabía; luego me pidió quitar la parte inferior de mi traje de baño quedándome totalmente desnuda.

Al cabo de un rato comencé a sentir un gran calor en todo mi cuerpo, luego me pidió que agregara aceite en mi cuerpo para lograr mas sensualidad, mientras lo hacía me fotografiaba sin parar, sin aun esbozar ni media sonrisa continuaba tomando fotografías mientras yo pasaba mis manos por mis pechos, mi entrepierna, mis nalgas, mi excitación era total, sin darme cuenta llevaba mis manos a mi abertura teniendo la necesidad de tener un orgasmo. Entonces comenzó a decirme que era la Diosa del sexo y del placer, que era perfecta, se acercó a mí y preguntó si podía agregar aceite en mis labios íntimos para dar mas brillo a esa zona, solo una mirada le dio la respuesta, lo que me llevó a excitarme aun más, solo deseaba que me tomara e hiciera lo que quisiera, sabía que él también lo deseaba.

Entonces apagó su cámara, sus equipos de iluminación, sacó su ropa y se acercó a mí, nadie podía vernos estábamos algo alejados, comenzó a deslizar sus manos sobre mi aceitoso cuerpo, por mis pechos y bajando a mi expectante entrepierna necesitada de ser ocupada imperiosamente por su miembro, introdujo sus dedos una y otra vez sin dejar de jugar con mi clítoris, el placer me invadía, me enloquecía entonces bajé hasta su masculinidad recorriéndola de un extremo a otro mientras gemidos, respiraciones profundas y jadeantes eran partes del momento.

Luego me tumbó sobre la arena, mientras rozaba mis pezones erectos con la punta de su miembro erguido, pasándolo por mi cuello y por mis labios atrevidamente, tomó mis piernas abriéndolas e incorporándose y penetrando en mi sinumero de veces con movimientos certeros de manera agitada, violenta, exaltada pero perfecta, el placer era incontenible, el momento excitante, el lugar ideal, su cuerpo y el mío en la arena y ya bajo la luz de la luna, me hicieron vivir uno de los orgasmos más intensos de mi vida, que me hicieron convulsionar de gozo y placer. Sin duda un excelente amante."

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