El Diario de Alessandra:"Una tarde con mi mecánico"

Al verlo esa tarde no pude negar que me sentí totalmente atraída por él, me pareció un chico muy sensual, no dejaba de mirarlo mientras le explicaba a mi amiga lo que le sucedía a su auto, si, su nombre es Andrés y era el mecánico de Laura, mi compañera de la Universidad... Esa tarde creo que fue una conexión mutua, él sabía que me había atraído y yo pues no tenía problema en que se diera cuenta, nuestras miradas se cruzaban tornándose algo mórbidas e insinuantes. Era difícil dejar de mirar sus brazos algo atléticos y un pecho bien definido y aun más sin su camiseta puesta mientras reparaba el auto de mi amiga. Me pareció un muy buen mecánico así que decidí pedirle su número de teléfono para solventar cualquier situación a futuro con mi auto.

Una pequeña falla de mi auto y oportuna me dio la excusa perfecta para ir a su encuentro, no podía negarlo, no dejaba de pensarlo e imaginar algunas "cositas" con él. Entonces esa tarde me vestí espectacularmente sexy, con un provocador pero sutil perfume y fui a su taller ,allí estaba, solo mientras reparaba un auto, algo sudado y lleno de grasa pero tan sensual como el primer día que lo vi, con una barba algo descuidada y una camiseta que soñaba con arrancar. Yo sabía a lo que iba y el tenía claro lo que quería. Al verme mostró algo de sorpresa y a su vez una sonrisa pícara fue protagonista, ambos sonreímos luego de un saludo muy cerca de los labios, su mano en mi cintura casi descubierta me hizo sentir un cosquilleo particular, definitivamente quería todo con él. Luego de conversar un poco acerca de la falla de mi auto inclinándome un poco para explicarle que quizás la falla estaría en el carburador un muy oportuno silencio se hizo presente, fue entonces cuando sentí su cuerpo junto a mi espalda, y sus manos tocando mi pierna descubierta por mi falda un tanto corta que decidí llevar. Mientras me acorralaba contra el auto sus caricias no se hicieron esperar, entrando a mi falda, acariciando mis nalgas y bajando casi sin darme cuenta mis bragas hasta mis tobillos, desde allí subió por mis piernas recorriendolas con sus ásperas manos, eso me enloquecía, sumando su boca, estacionándose en mis muslos, donde pude sentir su barba descuidada hasta mis nalgas; estaba realmente excitada, sus manos comenzaron a entrar y salir de mi entrepierna mientras con la otra intentaba quitar mi trasparente blusa y luego mi sujetador, sin darme cuenta solo me encontraba solamente con mi falda puesta, él manoseando mi ser y yo permitiendolo.

Estando frente a él arranque su franelilla acariciando su pecho sudoroso , su olor a grasa me estimulaba, me excitaba, no dejaba de besar mis pechos, expresando que soñaba con tenerlos en su boca, lo que me hacía entregárselos completamente, mientras bajaba su cremallera para dejar al aire su miembro ya ahogado en su pantalón. Poniéndome nuevamente de espalda, me embistió fuertemente, yo casi acostada sobre la parte delantera del auto, mis pechos contra el auto y él sobre mi espalda haciendo fuertes movimientos que me hacían gemir de placer. Volviéndome frente a él, levantó mi pierna, entró nuevamente en mí mientras nuestras miradas estaban cargadas de deseo y ganas de más y de todo, entraba y salía de mi, él tomaba su miembro y jugaba con mi clítoris, pasándolo sobre él, y entrando y saliendo nuevamente. Me llevó hacia un sillón que allí se encontraba, ahora sentado comencé a cabalgar sobre él, sus manos no se alejaban de mis pechos, mis nalgas, mi espalda, cargándome por sorpresa sin sacar su miembro de mí, me llevó hacia un pequeño espacio donde un colchón viejo nos esperaba, aun dentro de mí tomo mis tobillos con sus manos, manteniendolas verticalmente mientras disfrutaba la completa penetración que esta posición permitía, podía sentirlo dentro de mí totalmente, tanta excitación me hacía pensar que me vendría pronto, pero pude controlarme y seguir disfrutando.

Me encontraba sobre él sentada mostrándole mi espalda, inclinándome hacia adelante lo que me permitía moverme rápidamente hacia a arriba y abajo mientras él podía observar mi parte trasera libremente queriendo meter sus dedos en ella, mientras el movimiento lo hacia gritar y decir palabras obscenas que me excitaban aun más. Me tomó sobre él nuevamente y sentado en el borde de la cama me inclinó hasta tocar el piso con mi cabeza y mientras me sostenía por mis caderas y se movía insistentemente, esta posición desencadenó en mí gran variedad de sensaciones, intensas e indescriptibles, creo que disfrutaba como observaba desde arriba todo mi cuerpo lleno de su olor, su sudor y mis senos moviéndose al compás de sus movimientos. Levantándome nuevamente hacia aquel maloliente colchón, él me llevo a sentarme sobre él, frente a frente, colocando mis piernas en sus hombros, penetrándome nuevamente mientras inclinaba sus piernas permitiéndome sentirme cómoda mientras ambos de manera accidentada y desesperada hacíamos movimientos placenteros, yo guiando sus manos a mis senos mientras estimulaba mi clítoris de manera increíble.
La excitación era incontrolable lo que lo llevó a tomar mis piernas bajarlas de sus hombros y bordear su cintura con ellas, levantarse y ya frente a mi tumbándome horizontalmente, arrodillado imprimió mas fuerza en sus movimientos, levantando mis piernas una y otra vez, jugando con ellas llevándolas de un lado a otro. Levantándome entre gritos y gemidos ambos nos encontramos de frente, cuerpo a cuerpo, él dentro de mí, mis piernas en su cintura, movimientos rápidos, lujuriosos, avisaban que el orgasmo había llegado, sensaciones diversas que recorrían todo mi ser, mi piel, me hicieron vivir y sentir unos de los mejores placeres, sin duda alguna uno de mis mejores amantes...