Obsesionado como un demente, insistente como un león al perseguir su presa, desesperado por sentirse amado. Preso de sus pensamientos, de las malas decisiones y de sus absurdos presentimientos. Se encuentra decepcionado, no le va bien, se encadena al turbio pasado, no logra avanzar hasta la línea de llegada; dice ser feliz, pero a solas se inunda en su propio llanto.
Su mente no es mas que un pozo de Tristeza, dolor y rencor, no hay felicidad ni pizca de estar positivo, todo a lo que de el respecta es negativo, no existe otra gama de colores en su vida, puro pesimismo. No tiene metas, ni visiones, en su ser solo existen penumbras, el amanecer no florece.
Dulce penumbra recubre su corazón y en sus venas el odio crece, se limito a dejar de llorar, pero tampoco deja atrás el rencor, solo quiere venganza, que paguen por su sufrimiento, que todo acabe y por fin ver la sonrisa en el amanecer que se le negó.
Tiene un sueño recurrente en su mente, totalmente escondido; le atormenta su única obsesión, es lo único en que piensa. Esta obsesionado, con ser amado.
Bernardo A. Vasquez