Hagamos un club de los nuevos desquiciados, de esos que de tanto vivir con plátano maduro nos hemos vuelto locos. Pero el club debe ser secreto, no vaya a ser que se enteren los come plátano maduros y nos cierren el bendito club también.
Atentamente, otra loca más.
Sí, que no se enteren de nuestra fortaleza, donde tenemos el antídoto porque entonces nos atacarán por ahí. Abrazo de orate.