Reflexión de la película “El nombre de la rosa” (1986)
El nombre de la rosa es originalmente una novela de misterio escrita por el filósofo Umberto Eco y publicada en 1980.
Para 1986 se adapta a película de suspenso bajo la dirección de Jean-Jacques Annaud, dejando un poco de lado los temas políticos y teológicos de la novela original y centrándose más en los elementos detectivescos.
La obra se desarrolla en una abadía de la Orden de San Benito del siglo XIV situada en el norte de la península itálica dónde están ocurriendo sospechosos asesinatos, la orden religiosa decide llamar a fray Guillermo de Baskerville, que viene acompañado de su joven pupilo , al transcurso de la historia descubren que los asesinatos ocurren alrededor de un libro que describen como “maldito” y que la razón de los decesos es por el envenenamiento de las páginas al tocarlas, en los escritos se guarda el contenido de textos aristotélicos, que a la iglesia no le conviene que se conozcan al público.
El filme toca varios puntos interesantes para el análisis de la fe uno de ellos es la argumentación de la risa como algo malo o pecaminoso a los ojos de dios, mencionan “la risa en la cura al miedo y sin miedo no puede haber fe” haciendo relación a la practica piadosa en cuanto a ser silencioso. Abarcan temas de controversia para la iglesia; como la clara homosexualidad y libertinaje sexual de algunos frailes, haciendo referencia a tener inclinación hacia jóvenes apuestos, o a la misoginia o rechazo a la mujer, pues se argumenta que veían a la mujer solo como un objeto carnal o pecaminoso.
Otro de los puntos notorios es como hacen referencias a la clase marginada o más pobre como seres bajos y salvajes, dándoles de comer sobras obligados a pepenar, condenándoles a la ignorancia absoluta, así como el imposibilitado enamoramiento de el joven pupilo hacia una chica en esta situación, con la intención de ayudarla que a lo largo de la historia, acusan de brujería. Así mismo se realiza una interpretación de como aplicaban métodos de tortura , para obligar a confesar a los sentenciados, sin necesidad de tener pruebas, en un claro orden anti democrático.
Es una película que incita mucho a la reflexión de lo que fue la edad media y la inquisición con respecto a los secretos de la iglesia.