Decidí participar, como si se tratara de otros proyectos en los que he participado, pero esta vez me embarque en una misión con un montón de cosas diferentes a las que acostumbraba. Nos reunieron en una habitación con una pantalla y nos mostraron a donde iríamos, era un planeta nublado y frió según podía ver, pero con zonas diferentes, calidad y más amigables. Al mando de la misión espacial tendríamos a V, líder de exploración de la nave asignada cuyo nombre era BARQ1, ella guiaría la misión y se encargaría de que cada integrante de la tripulación cumpliera la propia. Luego nos notificaron de quien estaría a cargo de manejar la BARQ1 hasta destino y de vuelta, se trataba de D, experimentado piloto espacial, aunque un tanto joven. Le seguía el astronauta P7, quien estaría a cargo de la fijación fotográfica interna de la misión y por ultimo mi esposa R y yo, K, quienes estaríamos a cargo de recolectar información videográfica de las tierras y entidades que visitaríamos y sus aportes. El contacto previo se había logrado hacer con Ax, precursora de la revista y encargada de recibir nuestra misión.

Pues discúlpenme con lo anterior, es que veo demasiada ciencia ficción. Seguimos. El plan consistía en obtener muchísimas fotografías y vídeos referentes al proyecto que luego serian usadas por la revista. Llego la hora del embarque para salir y nos fuimos. La ruta pareció eterna a pesar que salimos muy temprano, pero llegamos a hora de almuerzo, comimos y nos embarcamos a la primera pauta de grabación.

La primera sesión consistió en grabar a integrantes haciendo algunas presentaciones personales y frases referentes a su actividad y su función en el proyecto de la revista, esto se hizo en la Universidad Centro-Occidental Lisandro Alvarado, específicamente en el Postgrado de Agronomía. Pues bien, yo tenia un plan de trabajo en la cabeza debido a que había trabajado anteriormente audiovisuales en solitario, posicionando todas las cámaras, el grabador de sonido, micrófonos y luces por mi cuenta y solo en los últimos eventos había contado con la ayuda de mi esposa. No sabia que nos integraríamos tan bien a la hora de la realización, D tomó el grabador de audio con el micrófono condensador y se posicionó como si lo fuera hecho ya unas 20 veces, solo le dijimos un par de veces que saliera de escena.

Nos engranamos como un equipo de trabajo audiovisual sin siquiera darnos cuenta y cuando terminamos la jornada habíamos quedado muy satisfechos con la forma en que se manejó la situación, que muy probablemente no fuera sido igual si lo hubiese tenido que hacer solo. Terminamos la sesión y nos dirigimos a la casa de Ax a descansar, platicar y verificar el contenido.

En la mañana

En la tarde

En la noche