Mis tetas, mis consentidas

Muchos creen que llamándoles senos a las tetas, la palabra pierde vulgaridad, cuando la verdad es que de vulgar no tienen nada.

A pesar de ser un instrumento de alimentación, son una perfecta y potente arma erótica, capaz de hacer delirar a cualquiera. Han sido objeto de tabú, de misticismo, pleitos, alegría, de protestas. Pero no dejan de ser lo que son; una parte de nosotras que nos da orgullo llevar en nuestra divina anatomía. Es un regalo que la naturaleza misma nos dio. Me encanta saber que con ellos puedo provocar desastres. Conversar con algún sabelotodo y que no pueda mantener la concentración por estar viendo mi escote.

Así que no importa lo que digan, siempre que tengo tiempo, al final del día me doy una rica ducha caliente y masajeo mis tetas lentamente, para darme placer a mí misma y a su vez para darle a mis consentidas el cariño que se merecen 💋