Dos realidades venezolanas
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Con tristeza inicio este artículo, ya que compruebo una vez más la situación jurídica de algunos venezolanos, que sin ser delincuentes, son tratados por la administración de justicia como tal.
Me refiero específicamente al caso del ex-alcalde del Municipio Iribarren (Barquisimeto) del Estado Lara, en Venezuela, el sr. Alfredo Ramos, conocido líder sindical de gran trayectoria social.
Recientemente me enteré de su medida judicial de presentación en tribunales cada 30 días, como si fuese en realidad un delincuente, y no el Alcalde por el cual votó la mayoría de los habitantes de la ciudad de Barquisimeto.
De la misma manera personas en diversas áreas, son vilipendiadas, desacreditadas y desprestigiadas por el sencillo hecho de una sospecha sin base, producto de una suposición, chisme o sospecha sin fundamento ni prueba firme.
Que tristeza que en Venezuela personas honorables, y de buena reputación, sean inhabilitados en lo político, para que no sean obstáculos a otros, y así tomar el control político, bien sea de un Municipio, una gobernación de un estado, o la misma Presidencia de la República.
Se debe tener presente que la maldad al igual que la injusticia, no permanecerán para siempre, pronto Venezuela saldrá de esta grave crisis espiritual, social, política y económica.
Hay esperanza en Dios y en el talento de los jóvenes venezolanos, que la presente situación está ayudando a que surja lo mejor de nuestro ser interno. Ya existen casos de venezolanos que con sabiduría recuperan lo perdido, restauran lo dañado, y están aportando soluciones innovadoras en diversos aspectos de la vida, un ejemplo de esto lo representa la iniciativa del modelo de las naciones unidas en colegios y universidades.
