#RetoTop10... - ¡¡¡Participa y gana!!!- - ¡Esperanza! (Re-editado)

- ¡Esperanzaaaaa! El llamado se repitió por segunda vez, antes que la graciosa figura de una joven apareciese ante la abuela. - ¡Esperanzaaaaa!

- ¡Vooooooy! - Ya estaba frente a Belita. Nombre que en su lengua mocha, le  había asignado en la infancia. Y al que la anciana se había acostumbrado y sentía más importante que el de abuela, que ya no utilizaba para ella ninguno de los nietos. Los dos menores se habían contagiado de Esperanza y Belita resonaba en el caserón familiar mucho más repetidamente, en particular durante los fines de semana y las vacaciones.

Como era su costumbre, Esperanza abrazó a Belita y la llenó de besos, mientras se movía rítmicamente. Tal vez, el mismo ritmo con que Belita  la arrullaba cuando era una plácida bebé, que más que llantos producía  gorgeos y risas.

- Dime, Belita amada, - separándose un poco del rostro de la anciana y acariciando sus cabellos, mientras sus ojos reilones habían adquirido una mirada profunda.

- ¿Es cierto que te vas Esperanza? - Sin vacilaciones, en forma directa, mientras todo su ser estaba expectante ante la esperada respuesta.

La mirada profunda, quedó ahogada por la humedad de las lágrimas, la acercó a ella y su: - Sí. Belita preciosa - fue mas bien un susurro. 

- ¿Por qué no me lo habías dicho?- Parecía contener el llanto en espera de la respuesta.  

- Por esto, Belita. No quería verte llorar.  Las lágrimas ya fluían de ambos lados del abrazo. Esperanza fue la  primera en reponerse. Siguió acariciando a Belita y diciéndole palabras consoladoras. 

- Recuerda hijita, eres mi Esperanza.- Ya se había tranquilizado. Sus manos tenían, ahora, entre las suyas las de la muchacha.

- Tu felicidad es la mía. Ya eres mayor y te he visto tomar decisiones que he respetado, porque eres muy juiciosa. Pero...¡esto!, no lo esperaba.

Una larga pausa, cada una concentrada en lo suyo y esperando la reacción de la otra. 

- Cuando tu mamá falleció y tu papá te colocó en mis brazos, aún moradita, sentí que la esperanza renació en mi vida. Tu mamá fue mi primera y única hija hembra, mi adorada Alicia. Mauricio llegó después.  -Repetía la historia tantas veces contada. Yo quería llamarte Alicia, pero tu mamá quiso que te bautizaramos como Esperanza, pues tu vida estaba en peligro. Gracias a Dios aquí estás, llena de vida y poblando de felicidad esta casa.- Ahora... Un par de sollozos interrumpió sus palabras.

- Están tus primitos, pero no es igual.

- Lo sé. Por Dios, Belita, ni que me fuera a morir. Pronto vendré a verte y a compartir contigo. Y tú también podrás visitarme o, quizá, mudarte conmigo.

- Pero hija, ¿qué hay en París que no encuentres aquí? 

- Jajajjaja. Belita, Rubén. Mi amor y mi esperanza de seguir siendo feliz. Ya lo sabías... - Belita, lo sabía... pero ¡que difícil era! Asintió con la cabeza. Ambas se abrazaron de nuevo. Dos Esperanzas abrazadas en el amor y en la esperanza.

Estimados lectores, este relato fue mi participación para el Reto12Votos, dentro del tema la esperanza, hace 6 meses. Aún estaba conduciéndolo @pavelnunez; hoy, con igual maestría lo lidera @avellana, quien no ha permitido que el reto se apagara sino que por el contrario lo re-impulso, en conjunto con el Club12. Agradecido por ello, porque disfruto mucho dicho reto, así como de la fraternidad del Club 12.

Me gusta bastante el relato y lo comparto hoy con ustedes, en el marco del Top10, que llama a compartir algo que nos parezca resultará útil y/o agradable par los lectores. Opino que cumple con las exigencias.

Antes de re-publicar, hice pequeñas modificaciones y corregí también algunos detalles que me pasaron desapercibidos en aquella oportunidad.

El contenido de Esperanza sigue siendo actual, especialmente en la realidad nacional venezolana, pero puede ubicarse en cualquier contexto... Espero que lo disfruten.