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Nuestro siglo XXI presenta tantos y más actos injustos, que los que el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, encontró en el suyo. El insigne Cervantes, dejó magistral ejemplo de hidalguía e idealismo, de bondad que se sumerge en la locura, buscando como componer el  mundo, dotándolo de justicia.

Pero... ¿cómo podría enfrentar nuestro héroe la maldad imperante en nuestro momento histórico-cultural sobre un pobre y flacuchento caballo? Pues ni más ni menos sobre el potro metálico que montan más de un malandro, porque les da velocidad y posibilidad de fácil escapatoria.

De esta manera, me imaginé yo al moderno quijote. Con una moto de modelo antiguo (por no decir viejo), un casco abollado y acompañado de un gordito genial, con alta dosis de sentido común, en una moto más pequeña e igualmente vieja que lo sigue sin estar muy seguro para que, pero divirtiéndose en grande, pues nunca antes (leáse bien), nunca antes había instalado su humanidad sobre una moto ni jugado a persigue malandros.

Quería mostrarle también una foto de su motocicleta, pero no voy a poder, pues piensa el pobre que se la remolcaron, aunque parece todo indicar que mas bien se la robaron. El asunto es que se quedó a pie, como siempre había estado.

Mientras tanto, don Quijote, con el roncar del escape de su moto, ni siquiera de percató de los gritos con que lo llamó su casi obeso compañero para notificarle que no podía seguirlo, pues no tenía entrenamiento en persecuciones de tal magnitud, a pie y girando entre los carros (automóviles) y a la vez evitando los moto-flash que corren entre los canales de circulación. 

Cuando se percató que su escudero no estaba, se monto en el canal de  emergencia y a contra flecha arrancó, pero como dicho canal no se respeta, pronto se estampilló contra otra motocicleta. Es que los malvados hados, en nuestra época más rápido que en la suya le hicieron una jugarreta extrema y terminó el hombre en un hospital, con yeso por todos lados mientras el pobre "Sancho", que Pedro se llamaba, qué hacer no encontraba ante tal retahila de quejas.