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No quería decirle nada de lo que me había ocurrido aquella mañana para no asustarlo ya que esa misma noche tendría que quedarse solo en casa y a pesar de que mi marido ya es adulto para quedarse solo parece un niño de 5 años reclamando la protección de mamá.

Esa mañana me había quedado sola ya que mi marido había ido a trabajar y mi horario de trabajo es por las tardes así que no suelo levantarme tan temprano y puedo dormir un par de horas más que él; me levante y seguí mi rutina matutina (café negro y periódico vestida en pijama y pantuflas, luego ducha caliente y arreglarse, posterior a eso como una ensalada de frutas con yogurt y miel, un poco del que hacer de la casa, tender la cama y dejar la ropa en la lavadora para al llegar mi marido la ponga a funcionar), una rutina bastante aburrida pero funcional; pues bien estaba en la primera parte (café negro y periódico), estaba sentada en la cocina y de repente de la nada se encendió la radio, pues bien no me asuste me dije Catalina deben ser esas pilas locas o el interruptor de encendido que se estropeo de nuevo; me levante y la apague y sentí una mano acariciar mi espalda , me voltee rápido y no había nada de nada entonces me dije habrá sido la corriente de viento a través de la ventana, pero la ventana estaba cerrada. Continúe mi rutina y me fui a la ducha pensando en lo que había pasado y riéndome por dentro por esos acontecimientos raros, me metí a bañar y el agua salía calentita relajante justo como me gusta y otra vez empezó lo raro, la cortina de ducha se corrió sola; esta vez me asuste hasta pensé que podía haber un ladrón en la casa, me puse la toalla y salí a ver que sucedía, juro que di vueltas la casa habitación por habitación y no había nada ni nadie; me fui a vestir la verdad ya estaba atrasada para terminar la rutina diaria me puse la ropa, ate mi pelo mojado y me puse las zapatillas y cuando venia bajando las escaleras ahí estaba, un hombre alto de sombrero de ala ancha que sostenía un fuete de esos que usaban en las casonas antiguas los hacendados, me veía con un odio que me heló la sangre y no me dejaba respirar, quedé paralizada y él subió la escalera y me sujeto del cuello diciendo en esta casa mando yo y te has portado mal es hora de pagar, yo solo lo veía a los ojos que eran cuencas por que nada más había ahí, me asfixio y me desmaye y ahora estoy en un lugar oscuro y frío, es una especie de caja y no la puedo abrir.

Mi marido llegará esta noche y tendrá miedo, no quería decirle nada de lo que me había ocurrido porque la verdad no puedo hacerlo, no se donde estoy, mi marido es miedoso y espero no llegue a casa y si no me encuentra no se que pensara, tengo miedo por él pero no temo por mi.

Escucho gritos me esta llamando y no le puedo responder, grito huye de acá no te quedes y no se escucha nada más no se que pasa, quiero salir, quiero salir, quiero salir.

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