Una de las cosas mas tristes en la sociedad del diario vivir es esa palabrita "normalidad", todo hoy por hoy es encajado en ella, ya nada sorprende ni asombra, porque al parecer todo es normal. Un mendigo en la calle, un niño huérfano, la matanza de un animal o un humano, etc. Todo se ha vuelto normal. El hombre dueño y señor de todo (menos de si mismo) ha entendido que todo lo habido es para su aprovechamiento; el hombre mismo no solo construyó la pirámide, también se montó en la punta para gobernarla y desde arriba todo se ve distinto. Todo se ve normal. No se si sea por esa sensación de supremacía que le da el estilo placentero de disponer de lo que que quiera o por la estabilidad de lo confortable. Me pregunto a veces como nos verán los animales (los indefensos) a nosotros los humanos.