Estaba pendiente de comentar este post desde ayer, pero con los apagones y la falla de internet, pues te imaginarás.
Disfruté leer tu escrito. No soy padre, pero ¡hasta me dieron ganas de serlo! Tener una hija como tú, que exprese su amor y admiración por un padre, no es común, (por lo que casi siempre son las madres las que tienen ese honor), así que hay dos puntos a resaltar, tu padre fue excepcional y su hija lo sabe valorar.

Rescato dos partes de tu texto:

cantando canciones desafinadas que siempre nos aplaudías como si fuésemos los mejores cantantes.

Solo sonrío con calidez al imaginar esa escena.

Y esta otra imagen también la disfruté:

si un deseo me concediera la vida, sería volverte a abrazar aunque fuese un instante.

Lindo post, @marybellrg. Gracias por compartir.

carpe diem, aunque por lo que relataste, tu padre y tú lo practicaron mucho. así que no hay nada que lamentar.