¿Por qué entre tus propósitos de año nuevo debería estar la meditación?
Vivir en una época como ésta, signada por la revolución de las telecomunicaciones tiene sin duda muy numerosas ventajas que no interesan de momento enunciar aquí, pues son del conocimiento de todos; sin embargo hay también muy variados elementos implícitos que parecen haber contribuido con el deterioro de la vida humana y con la innegable crisis ecológica que azota al planeta: la prisa es uno de ellos ¿Realmente el hombre está hecho para vivir a este ritmo de aceleración constante? La respuesta probablemente sea no. Y es que nos cuesta imaginar que en tiempos remotos, si bien no había el desarrollo tecnológico que hay hoy y la gente vivía menos, lo hacía al menos sin ansiedad, es decir: siendo más felices (cuando no habían guerras o pestes). Hoy en día los trastornos ansiosos llenan los consultorios de psicólogos y psiquiatras. Vivimos vidas en las que sobrevaloramos la información en pequeñas dosis y las experiencias excitantes en enormes dosis.
Cuando nos hallamos en este punto: empezando un nuevo año, nos gusta llenar largas listas de propósitos y en casi todas deja verse el apetito por experiencias —de las que hacía mención anteriormente— y muchas veces establecemos “hojas de ruta” en las que la información juega el papel predominante. Pero ¿qué hay de la necesidad por serenarnos? ¿Qué sabemos acerca de la meditación? Basta buscar esa palabra en Internet para encontrar un sinfín de definiciones, tipos, escuelas y maestros. ¿Por qué es importante y por qué debería estar en nuestra lista de propósitos de año nuevo?
La meditación nada tiene que ver con una religión o sistema de creencia en particular, más bien, se sabe existen distintos tipos de religiones que practican diversas formas de meditación… por lo tanto, algo bueno y maravilloso ha debido traerle a la vida de los hombres y mujeres en el curso de siglos y milenios. En el presente, gracias a los avances de la neurociencia y la física cuántica, las mentes más escépticas pueden constatar los efectos benignos de la meditación en el cuerpo de la persona que la practica y cómo ésta afecta positivamente su vida, transformándola por completo. Así también a su entorno.
Con la meditación tus niveles de ansiedad disminuirán casi por completo, tu capacidad cognitiva se verá amplificada, la memoria e intuición se verán reforzadas… Todo tu cuerpo (al ser uno con la mente) restablecerá su equilibrio natural y junto con una dieta sana y una visita a tu médico de cabecera al menos una vez al año, es casi seguro que ¡ganarás años de vida!
Algunos creen que para que la práctica de la meditación surta algún efecto se debe renunciar en alguna medida a ciertas experiencias, otros en cambio (entre los cuales me encuentro) pensamos que la misma meditación se encarga de hacer nuestra mente más clara a tal punto que no hace falta elegir entre una experiencia u otra, calificándola entre buena o mala, simplemente se irán agotando por sí solas aquellas que no sean beneficiosas para nosotros mismos y para nuestro entorno. Un ejemplo de esto es el siguiente: Supongamos que a Juan le gusta salir los días viernes por la noche con sus amigos y bebe con ellos ocasionalmente, pero de pronto siente que su vida no está en orden y empieza a indagar sobre algo que le de bienestar y fortaleza, entonces encuentra la meditación. Le dicen que tiene que dejar de salir los viernes por la noche para que su mejoría sea total. Él está de acuerdo al principio, pues le resulta lógico, sin embargo luego de un par de semanas empieza a extrañar a sus amigos y la diversión que le ocasionaba el salir con ellos… entonces rompe con el hábito de la meditación. Se ha creado una dicotomía innecesaria entre una cosa y otra. Debo aclarar que a algunas personas les resulta (romper con viejos hábitos) pero a otras —y me atrevería a decir que a la mayoría— no. Y tal vez sea ésta la razón por la que todavía muchas personas no meditan, incluso estando seguros de que se sentirían muy bien haciéndolo; pero dicen: “Si termino meditando, deberé dejar a mis amigos o me volveré una persona extraña, etc…” y no es así. Sólo sé tú mismo y ten algo de disciplina para sentarte cómodamente al menos 20 minutos cada mañana y/o cada tarde (cuando puedas en realidad) y cierra los ojos. Fíjate en cómo entra y sale la corriente de aire por tu nariz, no intervengas, respira naturalmente: conviértete en un observador de tu propia respiración, relájate. Tampoco te generes angustia por no tener de buenas a primeras “la mente en blanco”. El camino de la meditación es uno en el que debemos ser constantes (como en todo de lo que deseemos obtener un fruto verdadero) entonces simplemente deja pasar tus pensamientos sin aferrarte a ellos, sea cuales fuere su naturaleza —buenos o malos, agradables o desagradables— no te angusties: sigue allí, recogido en ti mismo. Ese silencio, esa calma luminosa se irá expandiendo con la práctica y te traerá beneficios de toda naturaleza.
Así que no esperes: Empieza el año meditando y verás cómo tu vida se transformará para bien y eso sin tener que dejar de ser quien eres. Todo poco a poco irá encajando en su lugar: Sin experimentar ansiedad ni desasosiego serás más rápido cuando debas serlo; tu carácter ganará profundidad sin que te vuelvas parco ni sombrío, te sentirás más optimista sin llegar a ser superficial.
¡Bendiciones para todos, todo el año!
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I nominated you for Seven days Black and White challenge. You can read more on the nomination post. I hope you like it:
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