Una vez más nuestro planeta reclama su espacio, el virus Covid-19, nefastamente famoso en los últimos días por todo el revuelto que ha generado a nivel mundial, sin duda alguna debemos resaltar su más grande éxito que ha sido la "desaceleración de la humanidad", se ha convertido en una pausa obligada acatada por todos, sin distinción de edad, condición social, raza, religión, tendencia política, etc. Poniendo de rodillas a las economías más poderosas del mundo y que poco a poco está depurando parte de esa enfermedad "humana" que desde hace tanto tiempo consume y agota de manera indiscriminada cada uno de los recursos existentes en el planeta, destruyendo hábitats, contaminando espacios, extinguiendo especies y explotando absolutamente todo a lo que le pueda sacar algún tipo de provecho, el ser humano consume todo a su paso como lo haría una voraz plaga de langostas en un campo a cielo abierto, no ha de sorprendernos que el ser humano actual se caracterice por su egoísmo y ambición.