-R E I V I N D I C A C I Ó N-

Desperté una mañana con pensamientos iguales, como cada día que había pasado desde la tormenta (sentada en la espera de que alguien tocara la puerta en mi nombre) en donde no había el olor de una taza de café recién hecho, sino era un olor a soledad y monotonía; mis pensamientos de los últimos días no cambiaban, era un ciclo que tomaba su reinicio cada 24 horas sin hacer cambio alguno, “Pensar en cosas distintas, para hacer cosas diferentes, no brindaban más que intentarlo y morir en el intento” Y como siempre existe un “pero” (los peros siempre traen consigo fuerzas negativas, esta vez la contradicción estaba a mi favor ofreciéndome delicadamente un signo de esperanza) seguí razonando después de dar mil vueltas en la cama, en donde mis pensamientos no cesaban pero solo había una idea que opacaban las demás, siendo esos juicios que llenan tu mente cuando más estás tocando fondo, donde estás roto pero quieres agarrar una aguja y coser porque no quieres que nadie más lo haga, duela lo que duela quieres hacértelo tú mismo sin anestesia, sin ayuda alguna, pero es la arrogancia quién brinda homenaje al amor de sí mismos ¿Para qué necesito de terceros?

La propuesta de reivindicarme había nacido de un agujero ¿Por qué no? encontrarme a mí misma y armar una guerra era el inicio ¿Qué más que mi propia compañía para confutar mis pensamientos?, no me sentía conforme en mi propia hogar, sentirse ajeno al lugar donde has vivido toda tu vida es devastador, mis pensamientos no me traicionaban y recalcaban que mi propia casa no me pertenecía y más que no sentirlo propio, está la sensación de no encajar.

Esa mañana mi cuerpo pedía un cambio, añoraba algo diferente y tomé la decisión de partir un viaje.

Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte.- Miguel de Unamuno.

Como todas y cada una de las mañanas en las que abres los ojos se convierten en un acto venerable, un acontecimiento tan pequeñamente modesto que está sublimemente bendito con nuevas oportunidades que se ofrecen por sí solas, nos persiguen, nos halan de un brazo, nos pellizcan, hacen mofas con brillantes sonrisas y el generoso, el despistado, el torpe… las deja pasar así como dejaron ir al amor de su vida por cobardía y es que cada vez que el sol deslumbra su luz entre las montañas e irradia tu cara, cada vez que das un simple saludo o un abrazo a la persona que amas, son pizcas de vida que se toman en los mejores momentos de júbilos y en los días de bajezas las tienes en tus narices pero no las ves (¿En serio somos tan emocionales?) solo que esta vez yo fui oportunista, la atrapé fuertemente sin dejar que se escapara y salí corriendo en mi búsqueda aunque una parte de mí, no quisiera ser encontrada.

Tenía fervientemente la idea de que esta vez era íntimo, que era más mío el hecho de no esperar un rescate, no era el amor que profesas a otras personas, sino es el amor más valioso y es el que debes declararte a ti. Es ese amor que nutre para amar, porque tú mismo así como cualquier otro te mereces tu propio amor.

"Alcé mi voz en contra de una revolución, levanté un ejército exigiéndome, es irónico llegar a la abstracta pureza por medio de la maldad. Y es que alzar la voz no es suficiente, debes gritarlo retumbando tus tímpanos para que te escuches a ti mismo en contra del enemigo, es caer en derrota mientras una parte de ti se levanta para luchar, alzar la voz es acción de amor, un amor con dureza para saber que se existe y que para amarse hay que enfrentarse con la realidad. Pero cuando hablo de alzar la voz, no es precisamente el zumbido que sale de mi boca."

¡Espero y hayan deleitado este escrito!
Les dejaré otro para que se tomen un momento en leerlo:
°Virtud en mundo paralelo°