MI HISTORIA DE HALLOWEEN
Hace varios años, mi amigo Félix me invitó para que lo acompañara junto a su ayudante Ray, a la Ciudad de Caicara del Orinoco, ya que debía reparar una maquinaria para la cual había sido contratado por una empresa de la zona, Yo como estaba desocupado acepte la invitación y sin contratiempo arrancamos a los pocos días.
Luego de un largo viaje llegamos, bien cansados y con mucha hambre. Nos esperaba Juan, quien trabajaba como operador y encargado de la máquina. Nos invitó a cenar y hay nos dijo:
Juan: “No se pudo concretar las habitaciones del Hotel por falta de disponibilidad, pero, les arreglé una casa desocupada de mi familia y tenía todas las comodidades".
Después de un breve recorrido por el Pueblo, nos llevó a la casa donde nos hospedaría, a primera vista era muy bonita, su fachada era tipo colonial, tenía un patio en el centro de la casa llena de flores y a su alrededor se distribuían las habitaciones, cocina, baños y una sala comedor. Nos entregó las llaves, guardamos su número de celular por si necesitábamos algo o si pasaba algún inconveniente.
Juan: "A las siete en punto de la mañana estaba en la puerta para ir a desayunar y comenzar la reparación de la máquina".
En la habitación más grande, había un baño privado, aire acondicionado, dos camas individuales, dos ventanas que daba una a la calle y la otra al patio de la casa. Félix nos dijo:
Félix: “si quieren podemos dormir todos en este cuarto, dos en las camas y uno puede colgar su hamaca”.
Yo como lo que estaba era cansado no me importo y acepté, pero Ray dijo:
Ray: “Hermano, yo no voy a aguantar sus ronquidos y prefiero colgar mi hamaca en la habitación de al lado”
Todos conforme a la distribución nos aseamos y nos acostamos cada quien en su sitio, acostado me comenta Félix:
Félix: “aquí hay algo que no me gusta y siento que mira”
Yo: “amigo, yo en muerto no creo, estoy es cansado y déjame dormir”
Como a las dos de la mañana, Ray estaba muy dormido en su habitación, por costumbre siempre coloca sus chancletas en forma de cruz debajo de su cama o de su hamaca. En ese momento, sintió un fuerte golpe que le dieron en la cara con una de sus chancletas. Se levantó bien molesto, pensando que había sido uno de nosotros dos que dormíamos en la habitación de al lado, sentí cuando abrió la puerta, me despertó y me dijo:
Ray: “Uno de ustedes es un abusador, me acaba de dar una cachetada con mi chancleta".
Medio dormido le dije:
Yo: “esa fue una pesadilla, aquí nadie se ha levantado, vete a dormir”.
Ray: “¿pesadillas mías? Voy a prender la luz para que me veas la cara”.
Prendió la luz y en efecto, tenía marcada en la mejilla derecha la forma de la chancleta, en eso se despierta Félix y nos dijo:
Félix: “Hermanos, apaguen la luz y déjenme dormir”
Estaba seguro que no había sido yo y no creía que Ray se había agredido el mismo, por lo que tenía duda de que Félix fuera el autor de la agresión, Ray nos dijo bien molesto:
Ray: “Uno de ustedes dos me pegó con la chancleta, esto no se va a quedar así”
Apago la luz, salió de la habitación y tiró la puerta bien duro y se retiró a dormir.
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gracias