Camino hacia el destino/Capitulo 5: ¿Una pequeña Pista de quien es?
17 de julio del 20 Caracas, Petare, Venezuela.
Hora: 8:45 pm.
Es de noche y estoy preparando la cena para liza y para mí. Unos espaguetis con carne salsa zanahorias y un poco de salsa picante y queso, fue una delicia para mi hermana y para mí, de repente unos amigos llegaron para jugar uno en la sala, no me molesto he incluso me junte a la partida. Me explicaron un poco las reglas y luego de entender todo y buscar algunas estrategias por internet todos se asombran al ver que gane 16 rondas seguidas. Más tarde como a eso de las once y cuarenta y cinco minutos llego Thalía. Frank mi mejor amigo le abrió la puerta y me pregunto si la podía dejar pasar. Muy a mi disgusto la deje pasar por pura amabilidad de mi parte.
-bueno bueno bueno…- Dice Carla al ver que ella estaba sentada en el sofá. –La violadora ha vuelto.- dice Carla haciendo sentir mal a Thalía
-déjenla en paz.- Digo algo frustrado y molesto por la actitud de Carla, seguido de eso veo a Carla en forma de regaño.
-¿Que pasa Jack?- Me mira de la misma forma que yo a ella. – ¿que acaso no recuerdas que te intento violar y a tu hermana?
-Carla tu intentaste robar un banco- digo riéndome por el comentario.
-estaba ebria- Me replica.
-eso no es excusa, yo bebo pero no descontroladamente tres cajas de cerveza solo.- digo con una sonrisa burlona para Carla. –Por cierto uno y adiós- tiro mis dos últimas cartas que eran un más dos rojo y un más cuatro, luego me levanto de la silla y voy con Thalía a ver que quería. Ella me cuenta que en su casa estaban peleando sus padres y ella no quería estar en el fuego cruzado y ver si podía quedarse con nosotros. Le asciendo y posterior mente le dejo en la sala hasta que los muchachos se van y nos toca a liza y a mi dormir. Le doy a Thalía una sábana y una almohada para que yo duerma en el sofá y ella en mi cama con la condición que no se acerque ni a mis cosas ni al cuarto de liza. La noche al final paso con relativa paz y a la mañana siguiente ya ella se había largado de la casa.
Preparo el desayuno pata liza y para mí y después de eso me retiro a hacer otro encargo de Casandora no sin antes pasar por mi trabajo. Estaba de vacaciones pero ya la semana que viene entraría a trabajar. Luego de una larga espera llego la noche y me pude dedicar a mis cosas con Casandora, esta vez me dijo que un ángel caído tenía que ser eliminado por actos que no me dijo. Llego a la supuesta ubicación del ángel y cuando este me ve intenta irse del bar donde se hallaba lo deje retirarse pero en cuanto doblo a un callejón lo intercepte y comencé mi trabajo.
-¿así que tú eres el nuevo siervo de Casandora no es así?- me pregunta el ángel de forma seductora y burlona.
-si…- dijo alargando la “i.” –y tú debes ser Nova el ángel caído que me encomendaron eliminar.- digo burlándome del ángel. Me recordó a una de mis exnovias: cabello negro, piel morena, ojos verdes, y manos a simple vista suaves.
Ella suelta una pequeña risa mientras cierra sus manos y clavando sus largas uñas en sus manos para luego crear unos sellos en el piso con su sangre los cuales me debilitan y empiezan a hacerme caer.
– Casandora no te dijo como matarme ¿o sí?- pregunta riendo como una loca mientras yo me retuerzo en la tierra intentando levantarme. Luego de eso me hago el muerto para ver si esta intenta rematarme y eliminar los sellos. Esta hace lo último y me carga con su zarpa desde el cuello. -Casandora nunca cumple con sus partes del trato ¿sabías?- Tomo mi revolver y le disparo en el abdomen dejándola invalida y presa de mi poder.
Le doy un golpe en su herida y luego un golpe en su cara dejándola mareada y atontada por los golpes, le doy la vuelta exhibiendo sus halas blancas y negras en su espalda las cuales arranco con mis manos con total brutalidad. –No…- grita llorando he intentado apelar mi corazón para que la deje libre. –Te daré lo que quieras, lo que más anheles, te daré mi cuerpo pero por favor no lo hagas, no me mates- grita aun intentado que acepte su trato, que se cree digo en mi cabeza y luego le arranco su otra ala mientras se le salen las lágrimas las cuales guardo para un futuro en un frasco pequeño de laboratorio. Luego de eso me levanto de sus restos y le apunto con el revolver a la cara mientras aún está consciente. – Te traicionara…- dice ahogada y posteriormente le disparo en la cabeza matándola al instante.
-déjala intentarlo- digo para mí mismo –yo nunca me rindo ante nadie- digo luego de que su cadáver se evapora mientras salgo del callejón hacia casa dejando solo un vertedero de plumas de ángel en el piso tomo una y la guardo en otro frasco de laboratorio y ahora si me dirijo hacia mi casa.