La escritora Ana Andreu Baquero recopiló en su libro Historias curiosas de la literatura, las anécdotas y curiosidades literarias más variadas, siempre en un tono ligero, cargado de un humor no exento de ironía. Para leer una reseña sobre el libro puedes hacer click en este enlace, pero hoy reflexionaremos sobre apenas una de las mordaces anécdotas contadas en el libro, sobre el ganador del Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway. Autor de algunos de los libros más celebrados de la primera mitad del siglo pasado (Adiós a las armas, Por quien doblan las campanas, El viejo y el mar) y hombre de acción, dentro y fuera de las páginas de sus novelas, el afamado escritor estadounidense se caracterizó también por hacer declaraciones francas, irreverentes y polémicas, en sus entrevistas. Cuenta Andreu Baquero que en una oportunidad, cuando un periodista preguntó a Ernest Hemingway sobre sus ideas políticas, éste procedió a ilustrar, mediante un ejemplo, sus conceptos políticos:

"Mire, en mi opinión, el socialismo se resume de la siguiente manera: si tienes dos vacas, le das una a tu vecino. El fascismo, en cambio, se basa en que, si tienes dos vacas, el gobierno te las quita y luego te da permiso para comprar leche. El comunismo, por su parte, consiste en que si tienes dos vacas el gobierno te las quita."

Intrigado, el periodista, le preguntó "¿Y la leche?", a lo que el escritor sentenció:

"Bueno, si preguntas por la leche el gobierno se limita a condenarte a unos años de trabajos forzados"

Sorprende la forma (por lo ilustrativa), no así el contenido de la frase, ni su carácter atrevido, aunque en mi opinión, la primera parte no es del todo exacta. Para Hem, en el socialismo "si tienes dos vacas, le das una a tu vecino", pero más bien es que si tienes dos vacas, el estado te obliga a dar una a tu vecino. Creo que con ese agregado, se representa mejor el núcleo de esa ideología utópica que ha demostrado ser una promesa en el papel y una decepción en la vida real, al menos en su forma más pura, no así al mezclarse con otras doctrinas con las que parece configurar un proyecto sociopolítico un poco más viable.

Totalitario y antidemocrático, el fascismo que te quita las vacas y te da permiso para comprar la leche se ha caracterizado por un control absoluto de todas las instituciones y la idea de convertir al estado en el único poder existente, a través del cual puedan obtenerse los pocos beneficios que decidan otorgar. El comunismo, por su parte, condena la propiedad privada y la diferencia de clases y aunque, según la teoría, pasa los medios de producción a manos del estado para distribuirlos de manera equitativa y según las necesidades, la verdad es que esos medios son luego explotados en beneficio de los pocos hombres que ostentan el poder y que silencian las críticas, inhabilitando los medios de comunicación y acallando mediante sanciones a aquellos que los cuestionan, los que preguntan por la leche.

Es cierto que las tres ideologías, Socialismo, Fascismo y Comunismo, tienen muchas variantes y que, por lo tanto, una definición exacta e inamovible de cada una, no es posible. Sin embargo, las vacas de Hemingway son una anécdota, además de irreverente y divertida, bastante acertada para explicar el núcleo de tres ideas políticas de tanta actualidad, debido a los últimos acontecimientos geopolíticos. Además, representa una ejercicio tentador: ¿es posible definir otras ideologías, partiendo del ejemplo de las vacas y la leche? ¿cómo sería el capitalismo, el anarquismo, el liberalismo? Me haré responsable de tomar la iniciativa del ejercicio e ilustraré la esencia del socialismo bolivariano del siglo XXI, basándome en su práctica real y no en su definición teórica, confusa e incoherente. Lo leo en voz alta, con el tono de voz de Hemingway:

En el socialismo bolivariano del siglo XXI, el estado te expropia las vacas con la promesa de pagártelas en el futuro, pero no lo hace, le cambian los nombres a las vacas, les ponen un sello y las pintan de rojo, comienzan a producir leche por debajo de la producción anterior y la venden a un precio por debajo de los costos durante algunos meses, hasta que una de las vacas desaparece (¿fue al matadero? ¿a la finca de un gobernado? ¿la vendieron? no se sabe) y la otra, cada vez peor nutrida, languidece hasta fallecer, dejando al pueblo sin vacas y sin leche.

¿Qué opinan? ¿refleja la idea claramente? Anímense ustedes también a compartir sus ejemplos de otras ideologías, a través de las vacas y la leche. Los leo en los comentarios.