De La Pasión por la Montaña

      Hace algún tiempo descubrí que la montaña era mi gran aliada, mi cura y alivio para todo lo que en ese momento me atormentaba, subiéndola encontré esa paz que tanto anhelaba,  y me di cuenta de ello y poco a poco fui haciéndola parte de mi, tanto que hoy la siento como una extensión de mi cuerpo.

    Era una época donde mi peor enemigo eran mis pensamientos, donde la depresión era una forma de estar, donde la ansiedad no me dejaba vivir y disfrutar, y la montaña me enseño en cada paso que daba, a ir dejando todos esos pensamientos a un lado del camino, y seguir disfrutando el momento presente, a solo dejar entrar pensamientos positivos a mi mente que alimentaran mi deseo de seguir adelante. 

   Este amor a la montaña fue creciendo tanto que se convirtió en una verdadera pasión, realice algunos cursos para especializarme en rapel, primeros auxilios, de orientación y supervivencia de esa manera poder ser un guía especializado de montaña, y poder transmitir todo ese amor en la mas pura esencia a quienes empezaban en estas actividades. 

     Cada vez que subo a la montaña estoy haciendo una verdadera meditación en movimiento, voy soltando pensamientos hasta llegar a la cumbre en total paz y armonía con el momento presente y soy consciente de que no conquisto la cumbre si no a mi mismo como lo dijo: Edmund Hillary el primero en haber llegado a la cima mas alta del mundo, El Everest. 

       Soy mas feliz en una montaña que en mil centros comerciales y que en grandes ciudades con grandes torres. Es para mi  la  montaña fuente de energía que me da vida y sentido, Y se que no soy el único con este sentimiento,  por que allí he encontrado la mas pura sinceridad de las personas con que he compartido.