Análisis crítico-reflexivo sobre los siete saberes necesarios para la educación del futuro de Edgar Morin.

Análisis crítico-reflexivo sobre los siete saberes necesarios para la educación del futuro de Edgar Morin.
Elaborado por: Yaneici Monserratt, Estudiante Ingeniería Civil (UNEFM)
De la lectura realizada a los “siete saberes necesarios para la educación del futuro”, dos fueron los que cautivaron mi atención, porque considero que su aplicación, sin lugar a dudas revolucionaria la educación; estos saberes son: los principios de un conocimiento pertinente y enseñar la condición humana.
En lo que respecta a los principios de un conocimiento pertinente, se promueve el estudio de aspectos que atiendan a problemáticas globales, oponiéndose a la fragmentación de los contenidos, lo cual es un punto interesante, porque esto es lo que vemos día a día en nuestra formación universitaria. Por un lado vemos Matemática, por otro lado Dibujo, aunado a esto, por semestre se van estudiando temas determinados, es decir, todos estos son aspectos que evidencian la fragmentación del conocimiento.
Resultaría de gran interés que nuestros diseños instruccionales, las unidades curriculares se encuentren entrelazadas, que lo que se estudie en cada una de ellas, responda a un fin, a la solución de un problema global. Por ejemplo, si el problema es la escasez del agua, entonces en Matemática estudiar el gradiente hidráulico de los embalses, en Química el grado de Pureza del Agua, en Dibujo la forma de representar las redes de flujo y en Seminarios la importancia del agua para la humanidad.
Ahora bien, esta visión implica un desafío para profesores, y demás entes encargados de administrar la educación, pero es una utopía que se puede hacer realidad, si se le da la debida importancia a la Educación, dado que allí está el futuro de la humanidad, porque los jóvenes de hoy, serán los políticos, empresarios, ingenieros del mañana.
En este orden de ideas, quiero resaltar el saber referente a enseñar la condición humana, y en efecto, en nuestro ser entran en juego las dimensiones física, espiritual, emocional, histórica, social y biológica; por lo tanto la educación no puede quedar en el solo hecho de transmitir conocimientos como si fuésemos maquinas, ¿Dónde quedan nuestras emociones? ¿Dónde quedan nuestros saberes populares, que se aprenden fuera de los muros de la universidad?
Una educación que promueve el desarrollo de la condición humana, promueve el desarrollo de mentes pensantes, de mentes críticas, por ejemplo nos pueden enseñar cómo fabricar dos máquinas, pero saber cuál de las dos máquinas es mejor, cual es más conveniente usar en un lugar determinado, y el costo asociado a cada una de ellas, en definitiva es un excelente nivel educativo, en el que el estudiantes a través del desarrollo de habilidades de críticas y pensamiento, decide.
La duda debe ser estimulada, dado que es el principio de las grandes invenciones. Para finalizar, quiero colocar esta frase, un gran científico, como lo fue Albert Einstein:
“En los momentos de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento”