Mis queridos Payasos

El payaso originario del que se tiene conocimiento en la historia fue Yusze, bufón del emperador chino en el año 2000 A.C, servía en la corte del emperador Chiiu Shih huang quien construyó la gran muralla china. Desde entonces ya le sería conferido a este personaje una prerrogativa que le será reconocida a través de la historia: el poderse burlar del rey, realizarle sugerencias, e influir en sus decisiones, aunque este beneficio debía ser ejercido con moderación, pues de sobrepasarse o equivocarse, el personaje podía pagar con su propia vida.

Homero narra también de Tersites, el cual recreaba a los guerreros griegos en las áreas de combate y Virgilio cuenta las fiestas del Ager, en las cuales personajes enmascarados, o maquillados, componían diálogos con humor y representaban costumbres populares. El aparecimiento de los llamados bufones "tontos" sucede en las cortes de la edad media, aunque más que ser realmente tontos por lo general eran todo lo contrario y, con mucha astucia, hacían su papel de irónicos.

En los siglos XVI y XVII, se hace popular, en Italia, un estilo teatral novedoso infundido en la atelana romana, la comedia del arte. Los personajes eran siempre los mismos, variando los argumentos, los cuales eran elaborados por diálogos inventados, improvisados, por los mismos personajes. Surge allí Arlequín, que lleva un disfraz de parches en forma de rombos y, algunas veces, un antifaz; Brighella va vestido de blanco y verde; Polichinela (nombre que deriva de Paolo Chinelli, uno de los primeros representantes de la farsa del siglo XVI). Estos personajes con características fijas, amenizaban las calles, con sus caras pintadas y trajes de colores.

(Imagen de mi propiedad, realizada desde mi celular Samsung S3)

"Rubén Darío, en su cuento "El rey burgués", relataba la pedantería con la que un rey dejaba apresado en el olvido, fuera del palacio, en medio del frío y la muerte, a un viejo bufón, mientras el orgulloso monarca se regodeaba celebrando con suntuosas viandas, en compañía de turiferarios, filosofastros, y supuestos sabios hombres de la corte."

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EL Cine y los payasos.

Según el antropólogo Claude Lévi-Strauss en su libro, La vía de las máscaras, el uso de un disfraz otorga cierta sensación de libertad a su portador: "El disfraz facial elimina de manera temporal el rostro de la interacción social". Con esta frase sugiere que una persona con la cara oculta puede realizar acciones sin restricciones, con determinada impunidad. A este enunciado se suma el del psiquiatra Steven Schlozman, el cual asegura que la sonrisa perdurable del rostro de los payasos tiene un efecto perturbador.

El cine basado en historias no comprobadas sobre payasos crueles en la vida real, que debe haberlos, como actores, bailarines entre otros, lo cual no se asume como la generalidad, más los argumentos de estos siquiatras, sacó provecho de este costado siniestro, y Pennywise ha sido el payaso más sugestivo y temido de este género del cinema. Con el furor de It, adaptación a la pantalla grande de la novela de Stephen King, parece que la coulrofobia ha alcanzado otras dimensiones, así como los avistamientos de payasos sombríos, cual histeria colectiva de moda.

La coulrofobia es la fobia o miedo irracional a los payasos y a los mimos. Afecta especialmente a los niños. En discusiones sobre las causas de la coulrofobia, los pacientes coinciden en que lo que más les aterroriza de los payasos es el maquillaje excesivo, a menudo acompañado de la nariz roja y del color extraño del cabello, que les permite ocultar su verdadera identidad.

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Considero que desde que existió el primer niño, el primer hombre, existió el payaso, que ha caminado por diferentes rutas y distintas vertientes, para crear un personaje igual a todos y distintos a cada uno de sus antepasados.En la actualidad y realizando un ejercicio de veracidad, mientras el vestir y el maquillaje crecían en importancia, el payaso mismo ha retrocedido. Donde, salvo excepciones, anteriormente había gracia ahora encontramos gestos y vocablos groseros. La risa del público ha dejado de ser espontánea, la gracia enternecedora del niño grande se ha convertido en ordinariez y groserías. Se ha ido la buena risa para dar paso a la risotada. Es triste contemplar la degeneración del payaso. Aunado a la pobre contribución que el Cine le ha etiquetado. La misión del artista es enseñar, los payasos siempre han sido artistas. Recobremos la mágica función del PAYASO.

Maquillaje, paso a paso,
transformándose en payaso,
ser humano, cara oculta,
en pos de la gracia culta.

¿Porqué se pinta la faz?,
¿por la existencia, sin paz?,
¿hay que cubrir la tristeza?,
¿la risa inyecta entereza?

He visto al artista herido,
de ese mal que es consabido,
que anda dentro, no por fuera,
¡la infelicidad . . . lacera!

¿Un clon quita la desgracia,
con sus gestos y acrobacia?,
¿o te alarga la agonía,
con talento y alegría?

Saltimbanqui de las penas,
que quitas propias y ajenas,
arlequín, polichinela,
con tu actuación deja escuela.

Mimo, caricia, cariño,
que le das la paz a un niño,
se bufón de la ternura,
con comicidad de altura.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 15 de enero del 2013
Dedicado a Felipe Reséndiz López, “Bolín”
Reg. SEP Indautor No. 03-2013-051712171201-14

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