CON LOS DOS PATINES
Estaba recién mudada a una nueva casa alquilada ,nueva urbanización, nuevos amigos, era el mes de diciembre, tenía 10 años, una tarde todos salieron a patinar, yo no sabía hacerlo pero le dije a mis nuevos vecinos que sí, que era una experta, eran todos niños en esa edad donde competir es natural y obvio
Le pedí a mi papá me comprara unos patines, eran los años 70 así que eran de cuatro ruedas y metálicos, para ajustarlos se usaba una llave especial que ellos traían. En la casa en el patio trasero había un piso lo suficientemente largo para practicar en él, mi mamá me sugirió, ponte uno primero, practica con uno solo luego te colocas los dos, intentando evitar mis continuas caídas, le dije: voy a patinar con los dos, no tengo tiempo, esta tarde salgo a patinar.
No sé cuántas veces me caí, las rodillas me dolían, estaba allí montada sobre los dos patines, le repetía constantemente a mi mamá, esta tarde patino, con esa competencia infantil de la edad, con el reto de la mentira que debía sostener, luego de innumerables tropiezos y más caídas, me quede tendida en el suelo, agotada, cansada, con los ojos cerrados ya desistiendo de mi ambición de aprender a patinar en un día. Mi mamá se acercó a mí y me susurro al oído: TU PUEDES; LEVANTATE. Esas palabras me han acompañado siempre, sé lo susurro a mi oído, pero quedaron grabadas en mi alma, en mi mente en mis más profundos recuerdos, cada vez que el esfuerzo me agota, me paraliza, me tumba...el eco de esas palabras a mis 10 años retumba y allí me levanto ¡TU PUEDES LEVANTATE!.
Esa tarde Salí a patinar, quizás no lo hice de manera experta, pero mis vecinos no lo notaron, con los años vinieron, más obstáculos, mas caídas, mas retos… entonces… respiro, tomo aliento y me digo... Tu puedes levántate!! Sal a patinar...Con los dos patines