- ¿Ana? - escucho a mi madre susurrarme al oído, y sonrío pues se que esta a mi lado. Me hago la dormida y ella acaricia mi brazo lentamente, pues sabe que al hacerlo me dará muchas cosquillas - vamos despierta-susurra - Hoy quise traerte algo nuevo... Un libro... Que dice así...

Escucho todo lo que me dice, y me emociona tal cosa que hasta sonrío mirando su rostro difuso en tanta oscuridad, mientras vuelve a acercarse para volver a acariciar mi rostro.

Carraspea y comienzo a prestar atención a su melodiosa voz.

-En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor

Me río por la locura y elocuencia de tal escritor, por lo que quiero que mi madre siga contándome, pero se marcha ya que recibe una llamada. Mis manos ansiosas roban aquel libro transportándome a un mundo maravilloso en donde los que creemos locos en realidad no lo son.

-La libranza irá en el mesmo librillo firmada; que, en viéndola, mi sobrina no pondrá dificultad en cumplilla. Y, en lo que toca a la carta de amores, pondrás por firma: "Vuestro hasta la muerte, el Caballero de la Triste Figura". Y hará poco al caso que vaya de mano ajena, porque, a lo que yo me sé acordar, Dulcinea no sabe escribir ni leer, y en toda su vida ha visto letra mía ni carta mía, porque mis amores y los suyos han sido siempre platónicos, sin entenderse a más que a un honesto mirar

Miro de reojo como pasan a mi lado dos señores, uno mas tragón que el otro, pero me quedo mirando fijamente a aquel individuo que se hace llamar el caballero de la triste figura, algo que a mi parecer no tiene sentido, pues su acompañante tiene el rostro mas afligido.

-¡Ta, ta! -dice el acompañante y me acerco sigilosa para escuchar aquellos hombres que me causan tanta intriga -. ¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por otro nombre Aldonza Lorenzo?

-Ésa es - dice el señor de la gran barba con su rostro novelesco y muy sonriente por dichos pensamientos que no salen de su boca mas solo se quedan en aquellas palabras - y es la que merece ser señora de todo el universo - Miro todo a mi alrededor tratando de encontrar tal señora bonita en este pequeño pueblo en donde abunda todo menos cosas hermosas.

Los veo alejarse poco a poco, y cuando pienso darle rienda a mi caminata para saber mas sobre aquellos caballeros, escucho a mi madre llamarme y cierro el libro.

-Hola de nuevo, se que me fui por un largo rato pero aquí estoy - dice mientras besa mi sien.

De pronto se escucha el crujir de la puerta y, al mirar pego un brinco pues veo a un señor demasiado idéntico al el hombre de la gran barba, parado en aquella puerta mirando todo lo que me rodea con ojos asombrados, hasta fijarse en mi.

-¿No sabes tú que no es valentía la temeridad?

Al no comprender sus palabras me quedo callada observándolo, sin poder creer que el este aquí ¡Justo aquí!

-Sr... - Mi madre trata de hablarle pero el la irrumpe.

-Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificul...tades -Su mirada se desvía rápidamente hacia una muy especial mujerona, que pasa con la cara malhumorada por aquella pequeña puerta tirando hacia el una carta dejándola caer, el la mira con tal asombro y sonrisa radiante en su rostro que sale a toda marcha por esa puerta detrás de aquella gran mujer.

Mi madre suspira toda agotada, y se levanta caminando por toda la habitación con sus zapatos tamborileros, mientras sujeta su cabello en una cola.

-Ya es hora de irme... -susurra- Mañana seguro que vendrá tu padre a visitarte... Te quiero pequeña, espero volvernos a ver pronto...

Continuara...

¡Espero que les haya gustado! Lo espero en la 2da parte de esta asombrosa novela de mi autoria, en donde una pequeña niña aficionada por los libros comienza a imaginar y vivir cosas asombrosas.

fuentes:

Imagen 1 - Imagen 2 - Imagen 3 - Imagen 4 - Imagen 5 - Frases de Don Quijote