Llegó el esperado sábado. Ya estaba decidido:
Epa cuñado, no vaya a olvidar que hoy es el día. A eso de las cuatro de la tarde vamos a bautizar a Félix. Lo vamos a hacer en la iglesia de “Cerritos Blancos”.
Claro que sí. Ya aparté esta fecha. Cuenten conmigo. Y dígame algo. ¿Quién es la madrina? ¿La conozco?
Creo que no la conoce. Es mi cuñada. Se llama Migdy. Ustedes van a ser los mejores padrinos.

Ya en la iglesia…

Hijos míos, hoy nos hemos reunido para cumplir con el mandamiento del bautismo.

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Este niño va a recibir el cuerpo de Cristo y así, será liberado del pecado original.
Les quiero preguntar algo a los padrinos:
¿Este niño es bueno o malvado? ¿Sabrá lo que es amor, agradecimiento, interés?

Padre, permítame hablar.

Claro hijo, habla. ¿Cuál es tu nombre? ¿Eres padrino?

Si padre, yo soy el padrino de Félix. Me llamo Alí.

¿Qué quieres expresar?

Lo que quiero es que Ud. me aclare algo:

Félix, de apenas tres meses de edad puede tener noción de lo que es bondad o maldad. ¿En verdad quiere a sus padres o no sabe de eso?

Interesante planteamiento, hijo mío:

Este niño nació inocente, pero el pecado original lo embarga. Jesús, nuestro salvador lo sana.
Ahora bien, se supone que no sabe de maldad o bondad, pero si es muy interesado. Pide que lo quieran, alimenten, protejan, aseen, mimen y para lograrlo llora.
Si está satisfecho se duerme. No sabe quien lo cuida.
Pide que lo atiendan con esmero y lo quieran, pero él, todavía no quiere a nadie.
A medida que crece, se desarrolla y se convierte en un ser consciente y le toma cariño a quien le prodiga amor, ternura, alimento y atenciones.
Después veremos si será un hombre bueno o malo.

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Es allí donde entran Uds., los padrinos, que junto a los padres lo guiaran por los mejores caminos, hasta que se convierta en un buen ciudadano y mejor cristiano.
Para eso serán compadres.

Gracias padre. Ahora entiendo mejor esto del bautismo.

Ya pueden ir en paz. Dios los cuide y los favorezca.

Amén.

Según este relato, podemos analizar dos enfoques:

Imaginemos el bautismo, a través de cualquier iglesia (católica, cristiana, evangélica, bautista, ortodoxa, adventista, entre otras). El niño llega malo al mundo y el bautismo lo redime o por el contrario, llega bueno y la sociedad lo corrompe y lo hace malvado.

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Esa polémica dualidad es tan antigua como la historia del hombre.
Todo el que tiene argumentos, que considere válidos, se cree dueño de la verdad. Nadie quiere ceder. Nunca se van a poner de acuerdo.

Lo cierto es que la maldad y la bondad existen. Así lo demuestran la ética y la moral. Por supuesto, los buenos son más y en demasía. Nuestro país es grande en riquezas y extensión geográfica pero sólo tiene unos treinta millones de habitantes. De ese total, solo unos cien mil están habitando las cárceles. El resto debe ser gente buena, con sus excepciones. No sé si se pueda salvar a los políticos.

La indiferencia de la humanidad nos puede destruir. No basta con ser buenos, debemos ser proactivos.

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Definitivamente, el hombre como ser social, es consciente de sus actos, a menos que tenga un problema patológico. Y como ser consciente puede escoger entre el bien y el mal. También debe asumir la responsabilidad por sus acciones. Estas pueden ser civiles, penales, sociales y morales.

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Nunca lo olviden: Uds. son dueños de sus actos y también responsables por lo que hacen o dejan de hacer. Si pueden, pórtense bien.

Alí Riera