Universidad, Emociones, Ciencia y Desarrollo humano
Tal como lo expresa Martínez (2009)
“El ser humano, como todo ser vivo, no es un agregado de elementos yuxtapuestos; es un todo integrado que constituye un suprasistema dinámico, formado por muchos subsistemas perfectamente coordinados: el subsistema físico, el químico, el biológico, el psicológico, el social, el cultural, el ético-moral y el espiritual. Todos juntos e integrados constituyen la personalidad, y su falta de integración o coordinación desencadena procesos patológicos de diferente índole: orgánica, psicológica, social, o varias juntas (Martínez, 2009, p. 23).
De acuerdo con Papalia (2000) El desarrollo humano visto, desde una perspectiva psicológica se refiere a la evolución o crecimiento global de las personas. Sobre este, se maneja a nivel mundial ciertos indicadores destinados a calcular el nivel o índice de Desarrollo Humano basándose en la longevidad; esperanza de vida al nacer; los conocimientos: el índice de logro educativo, años de escolaridad; y los ingresos: ingreso per capita que le permite sostenerse económicamente accediendo a una independencia parcial o global, pero ¿Expresará realmente este el grado de desarrollo alcanzado por nuestro país? ¿Serán las cifras sobre los logros educativos un dato fiel referente a la formación de un individuo integral, holístico y social?
Para Martínez (ob cit) en verdadero “desarrollo humano” se ha mantenido sesgado a lo largo de la historia, con una u otra perspectiva limitante, pues en variadas ocasiones, deja a un lado aspectos centrales y fundamentales del mismo. Para el autor, aun cuando se trate de Organismos de gran prestigio, en caso particular, el PNUD, quien ha fijado unos “indicadores para definir el desarrollo humano” con pocos conceptos no ha explicado realmente el contenido conceptual de cada uno de estos componentes; y es aquí donde se ubica el problema.
¿Qué estamos haciendo para desarrollar las habilidades de madurez emocional de nuestros estudiantes que le permitirían potenciar su formación académica y elevar su nivel de aptitud social y emocional?, ¿la ausencia de una educación emocional está generando sólo memorizadores de conocimientos, en un mundo que no sólo necesita este tipo de docente? ¿Podrá la universidad asumir la formación de un nuevo hombre holista y planetario? ¿Qué pasa con el índice de desarrollo humano?
Inclusive, la educación emocional, debe formar parte de él. Los individuos se encuentran llenos de emociones y necesidades que de una manera u otra repercuten sobre las decisiones y el destino de la realidad de un país. La coyuntura entre ambos aspectos persona-medio es trascendental para generar espacios que permitan un buen desarrollo emocional, el que a su vez conllevará a la persona a situarse en su contexto desarrollando competencias socio-emocionales que le permitirán afrontar al medio con las características actuales; dinámico, cambiante, competitivo y globalizante, con competencias personales adecuadas a dicho contexto y capaz de generar y transformar la realidad social que le rodea.
Los sistema curriculares actuales, vienen egresando profesionales con buenos rangos y status académicos, disciplinados y seguros de lo que su Alma mater les ha enseñado; mientras que a nivel emocional, en ocasiones, no son realmente individuos libres, capaces de decidir sin estar condicionados de preceptos sociales, cuál será su destino. Egresamos profesionales maltratadores y víctimas, con profundos problemas emocionales, con baja autoestima y frágiles ante las vicisitudes de la vida, problemas serios que hoy en día se viven a nivel mundial.
Lo que debemos buscar, es un nuevo rumbo en la formación universitaria, la universidad liberadora, que incluya un sistema de aprendizaje emocional, que forme no solo seres racionales, sino individuos conscientes de sus emociones y de la importancia que éstas representan para su praxis presente y futura. En esta nueva universidad el estudiante de ciencias, dejará a un lado la fría objetividad del laboratorio, y se visualizará como un ser social, intuitivo, emocional y ecológico que vive en armonía con su entorno, alcanzando así, no sólo la inteligencia racional.
Referencias
Papalia, D. (2000). Psicología. México: McGraw-Hill
Martínez, M. Dimensiones Básicas de un Desarrollo Humano Integral , Polis [En línea], 23 | 2009, Publicado el 19 julio 2011, consultado el 05 Noviembre 2016. URL : http:// polis.revues.org/1802
Si te gusta nuestro contenido,ven y apoya a @Cervantes como Witness en
Congratulations @alexaivytorres! You have completed the following achievement on the Steem blockchain and have been rewarded with new badge(s) :
Click here to view your Board of Honor
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP
Congratulations @alexaivytorres! You have completed the following achievement on the Steem blockchain and have been rewarded with new badge(s) :
Click here to view your Board of Honor
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP