Corría el año 2011, día a día normales, repetitivos... de repente, una llamada; mamá al teléfono, pedía que fuera a recoger "algo", así que fui (el local de farmacia quedaba a dos cuadras de casa). Al llegar, un cilindro hueco de papel periódico me fue entregado, lo giré de tal modo que pudiese ver su contenido, sorpresa fue la mía al ver una cola mojada moviéndose, giré el cilindro nuevamente y ¡allí estaba! la cabeza de una gata de aspecto como de tigre, paralizada de miedo; era la gata que hacía tan solo unos instantes unos niños molestaban a las afueras de las tiendas cercanas.

Lamentablemente no existen razones de porqué no hay fotos de cuando estuvo con nosotros su primer año (aún intento recordar cómo puedo ser esto posible), pero sí del porqué de su nombre, ella pululaba por ahí y uno decía: "Mira, es la gata", de allí que su nombre fuese simplemente "Gata". Un nombre bonito para una gata bonita.

A Gata le gustaba mucho ocultarse, más que otros gatos, esto debido al maltrato que sufrió por esos niños cuando ella era pequeña, supongo que por eso realmente nunca reposó bien, siempre estaba pendiente de lo que hacíamos, en el fondo temía, a pesar de todo el cariño que le dimos.

A pesar de ello, la gata no era distinta de otros gatos, amaba que le dieran cariño, jugaba rudo (de eso no hay dudas), pero era soportable. Como ya habéis visto, le gustaba sentarse como los gatos de Disney (especialmente a como aparecen en Los Aristogatos)...

Querida fue Gata, pero lamentablemente no está hoy con nosotros... pero antes de irse, dejó descendencia, un grupo de gatos rayados idénticos a ella, pero en este post no hablaré más de ellos, ya será en el siguiente.