Cambio de paradigma

A lo largo de este siglo nos hemos acostumbrado a ver como los dos clubes más importantes del mundo, Real Madrid y Barcelona, profesaban ideologías completamente diferentes cuando de contratar jugadores se trataba. Mientras que del lado merengue se armaban proyectos “galácticos”, contratando a los mejores jugadores del momento por cifras record; su contraparte culé analizaba muy bien las cosas antes de hacer una inversión significativa por algún jugador, y más bien apostaban al talento joven formado en el club.

Gracias a estas formas diferentes de ver las cosas pudimos disfrutar de un Real Madrid galáctico, con un compendio de las mejores luminarias del mundo tales como Figo, Zidane, Ronaldo, Beckahm o en tiempo más recientes Cristiano Ronaldo y Kaká. Y de parte del Barcelona el que hubiera apostado por jugadores formados en la Masía nos permitió ver al mejor equipo de la historia de la mano de Xavi, Iniesta, Busquets, Valdés, Puyol, Piqué y Messi.

Tan marcado fue esto que ambos clubes se convirtieron en ejemplos de ambas filosofías: El Real Madrid de gastar sumas millonarias en busca de reunir a los mejores del mundo; el Barcelona en llevar al estrellado a jugadores formados en sus divisiones inferiores. Sin embargo en la última década hemos visto un cambio de paradigma, ya no necesariamente uno es sinónimo de lo otro y viceversa. La realidad es que ha habido un cambio notable en la filosofía de compras de ambos equipos, parece casi que hubieran intercambiado papeles.

Un Real Madrid reinventado

Imagen de @emiliosansolini

Todos siempre hablan de que el Real Madrid siempre gasta y gasta dinero, pero ¿Cuándo hizo el club merengue su último fichaje galáctico? Tendríamos que remontarnos al verano de 2014, cuando ficharon por una suma millonaria a James Rodríguez luego de que el colombiano fuera una de las estrellas del Mundial. Y antes de eso debemos mencionar a Gareth Bale, quien llegó como el fichaje más caro de la historia en el verano de 2013.

Pero si nos ponemos a analizar, esas dos contrataciones resultan fichajes esporádicos en comparación al ritmo de gasto que traía el Real Madrid en años anteriores. La realidad es que el último gran desembolso que hizo el club blanco en un mercado de fichajes fue en el verano de 2009, cuando empezó la segunda era Galáctica de Florentino Pérez con las contrataciones de Cristiano Ronaldo, Kaká, Xabi Alonso, Arbeloa, Benzema y Albiol.

El club blanco en los últimos años ha apostado por una nueva filosofía, la de comprar los mejores talentos jóvenes a fin de potenciarlos y convertirlos en grandes jugadores. Además ha visto también con buenos ojos el prestarle atención a jóvenes promesas formadas en el club, cederlos o venderlos a otros equipos para que sigan desarrollando su potencial y luego repescarlos y que puedan convertirse en estrellas en el Real Madrid. De esta forma jugadores como Carvajal, Asensio, Lucas Vázquez, Casemiro, Dani Ceballos, Marcos Llorente, Valverde, Mariano Díaz, Odriozola o Vinicius son presente y futuro del Real Madrid.

La billetera del Barcelona

Imagen de @emiliosansolini

Mientras en Madrid apuestan a los jóvenes y la cantera, el Barcelona ha decidido confiar en su importantísimo poder monetario a fin de reforzar sus filas. Todos hablan de La Masía, esa gloriosa institución formativa que fue responsable de dar a luz al mejor equipo de la historia con algunos de los mejores jugadores que hayan pisado jamás un campo de fútbol.

Pero la realidad es que La Masía es todo menos milagrosa, es una mentira. Muchos piensan que esta es la mejor cantera del mundo, pero nada más lejos de la realidad. Nos venden a cada nuevo jugador salido de allí como una mega estrella y terminan siempre decepcionando. La verdad es que la Masía tuvo suerte de dar una gran generación como lo fue la del Barcelona de Pep Guardiola, pero eso es muy difícil que se vuelva a repetir. Si nos ponemos a analizar el último buen jugador que ha dado La Masía que se pudo asentar en el Barcelona fue Sergi Roberto y eso hace más de 5 años.

Esto sumado a la fuga de talentos, ha obligado al Barcelona a recurrir al mercado gastando sumas de dinero cada vez mayores. Durante las últimas 6 temporada han gastado en promedio 164 millones de euros en cada mercado de verano, siendo el pico máximo la temporada pasada, en al cual desembolsaron la asombrosa cifra de 400 millones de euros en fichajes. Dentro de esos se encontraron Ousmané Dembelé y Philippe Coutinho quienes costaron 145 y 160 millones respectivamente, posicionándose ambos entres los 4 fichajes más caros de la historia. Esta nueva política de fichajes les ha permitido lograr la contratación de grandísimos jugadores como Neymar, Lui Suárez, Umtiti, Ter Stegen o Rakitic; pero también se han encontrado con fracasos monumentales como André Gomes o Arda Turan.

Pareciera que viviéramos en el mundo al revés: el Real Madrid jugando a la posesión y apostando por jóvenes talentos locales; y el Barcelona cambiando a un estilo fútbol más dinámico y gastando grandes cantidades de dinero en jugadores extranjeros. Sin duda ha sido un cambio total de paradigma entre los dos clubes más grandes del mundo y sólo el tiempo dirá quién tiene la razón.