Muy buenas noches, amigos. Hoy voy a derivar en un tema un tanto diferente a los que he venido desarrollando con mayor frecuencia hasta el momento. Se debe a que tengo amigos y personas muy queridas que sin darse cuenta están atentando contra su salud y su vida como consecuencia del abuso de las actividades laborales. Espero realmente que estas cortas líneas sirvan para reflexionar sobre este tema.

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El trabajo y trabajar son actividades inherente al hombre. A través de la historia ha sido una forma de mejorar la vida por el hecho mismo de mejorar el sistema de ingresos; por otra parte, una remuneración permite optimizar las condiciones de vida, sin olvidar que la profesionalización y el mejoramiento profesional permiten a su vez tanto la movilidad social como el crecimiento y desarrollo personal, permitiendo establecer relaciones muy diversas.

El trabajo es un bien social. Tener un trabajo es un valor personal. Es una actividad cultural que identifica y que cambia a medida que las civilizaciones progresan en la historia. Tener un trabajo justifica nuestra preservación y subsistencia como seres ontogénicamente productivos ligados a un sentido de actividad pro-positivo, dirigido a metas personales y sociales.

Por otra parte, la vida en sociedad exige el desarrollo de roles diversos, tenemos múltiples actividades que debemos darle cabida en un horario y una rutina que luchamos porque sea equilibrada: familia, trabajo, amigos, recreación, profesionalización, amor, actividad física, ocio, estudios, entre otros. Y tenemos sólo 24 horas por día y además un tiempo finito de vida.

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Cuando le damos al trabajo una importancia central en nuestra vida nos provoca gran variedad de efectos negativos sobre la capacidad mental y física. Al dedicarnos en forma excesiva a las actividades laborales, sin dejar espacio a la vida social y recreativa, el precio que el tiempo destina a saldar esta deuda en mediano y largo plazo es muy alto. Tal vez sin darnos cuenta vamos alejando a la familia y a nuestras amistades, personas que realmente se interesan por nosotros.

Si recordamos un poco, entre los años 60 y 80, la Revolución Industrial dio paso a un proceso de automatización a gran escala, esto marcó un paréntesis que se caracterizó por el acelerado incremento de las horas en las fábricas. Luego el mundo emergió de cara a otros fenómenos como la competitividad abusiva, la búsqueda incansable de mejores condiciones de vida justificando la acumulación de bienes, la globalización y en general el desapego hacia un estilo de vida, quizás más espiritual, ha llevado a las personas a trabajar en modo abusivo.

Los trabajadores, ante el exceso de horas trabajadas asociadas al ritmo y a la intensidad de la actividad pueden incluso morir. En Japón, por ejemplo, se conoce la terminología karoshi, utilizada desde la década de los 70, que indica la muerte o inhabilidad permanente por enfermedades cerebro-vasculares y enfermedades isquémicas del corazón como resultado del exceso de trabajo.
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Cuando hay exceso de trabajo, más allá de lo que física y psicológicamente la persona puede tolerar, las consecuencias, además de sobrepasar la posibilidad de una recuperación a corto o mediano plazo, pueden ser irreversibles. Según Santana (2013), entre los síntomas que se pueden mencionar como consecuencia de esta situación son:

Somnolencia durante el día.
Disminuye la capacidad de concentrarse.
Lapsus de memoria.
Ansiedad.
Pérdida del apetito o exceso de apetito.
Pérdida de peso o aumento de peso.
Cefaleas.
Cansancio crónico.
Depresión y episodios de llanto.
Dificultades cardíacas.
Estado de agotamiento general.
Disminución de la precisión, velocidad y fuerza de los movimientos.
Retardo en el procesamiento sensorial y como consecuencia, retardo en las respuestas.

Como ya lo mencioné anteriormente, el tener horarios de trabajo y/o trabajar en exceso implica que la persona sacrifique su descanso, su sueño, sus amigos, horarios de comidas, su familia, su pareja, entre otras actividades que forman parte de sus múltiples roles.

Este es un tema que a pesar de ser importante por cuanto han ido en aumento los problemas emocionales y sociales de la población, es poco valorado. Sobre todo en lo que respecta a la profesionalización y trabajo de la mujer. Ya que sus múltiples roles, incluyendo la gestación y lactancia, causan impases continuos entre su vida y todas las situaciones que la rodean.

Entre las mujeres trabajadoras existe una interacción entre factores estresantes del trabajo y extra laborales, porque asocian las demandas de trabajo con las demandas sociales y familiares.
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Ante lo expresado, es necesario que divulguemos esta información y comencemos a realizar campañas amigables sobre las graves consecuencias que tiene para nuestra salud integral el trabajo en exceso, con la finalidad aumentar el nivel de conciencia para que luchemos por una mejor calidad de vida.

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Vive, respira, mira el cielo. El tiempo no espera por nadie.

Referencias

Fuente: El efecto de los factores estresantes en las mujeres.
Fuente: Empleo, condiciones de trabajo y salud.
Fuente: Exceso de trabajo: riesgos en la salud y disminución de la productividad.
Fuente: Qué es el "karoshi", la muerte por exceso de trabajo que en Japón es un problema de salud pública.