La felicidad existe. "Los años dorados"

Es tan bello y agradable darle cariño, amor y comprensión, a las personas que depositaron su vida, dedicación, trabajo, hasta el cansancio para que nunca nos faltara nada (comida, cobija, ropa, estudios, etc). 

Ellos se merecen descansar, reír, vivir felices el resto de sus días que tan solo Dios sabe cuándo les toca llamarlos al cielo.

Me quedó la inquietud desde que tenía 16 años, mis padres aun siendo jóvenes se integraron a un club de abuelos donde siempre me llevaban para ayudarlos con los que no podían caminar, a los que les costaba sentarse y comer; aunque había abuelos y abuelas que estaban completamente sanos y tan fuertes como un roble, y frescos como una lechuga, en fin cualquier ayuda necesaria en ese tiempo que pasábamos con ellos (5 horas los días lunes, miércoles y viernes); me encantaba cuando les leía cuentos, los hacia reír con chistes, pero mi parte favorita era cuando ellos me contaban anécdotas de sus tiempos, esos tiempos antiguos que ellos le colocaban de título “los años dorados”.

Había una unión tan grande entre todos los abuelos, que imagínense cómo era cuando celebrábamos los cumpleaños de cada uno.

El día de las madres, el día de los padres, se respetaba la semana santa; en carnaval organizábamos una actividad donde elegíamos a la reina del club y el rey momo (personaje central de los carnavales en América Latina) por lo cual las abuelas y los abuelos vestían su mejor traje de gala.

El compartir más anhelado era la navidad, la cena y el intercambio de regalos.

Cuando los llevábamos de paseo era increíble ver la felicidad en sus caras sobre todo cuando se trataba de la hora de comer, bailar y jugar juegos de mesa como el dominó, cabe destacar que eran muy competitivos jajaja.

Los lugares por excelencia para llevarlos de paseo eran los campos, sitios históricos, los paseos por el río.  

Mi madre siempre me ha dicho lo siguiente: 

"Nunca es tarde cuando la dicha es buena has bien y no mires a quien, los adultos mayores cualquier sea su raza, religión, merecen ser tratados con amor devolviéndoles lo que hicieron con nosotros, verlos felices es su mejor premio".

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