De regreso, creo yo.
¿Regresé?
En cualquier caso, gracias a Dios no dejé la escritura por completo y hoy puedo regresar con poco, pero honrado, material que he construido mientras estuve lejos. Sin embargo, muchas aficiones nuevas tengo también, y muchos aprendizajes a lo largo de un año que van sumando al viaje que uno llama vida.
Ya incluso olvidé como darle formato a las publicaciones dentro de esta web con Mark Down... A retomar la práctica entonces...
He aquí un poema de despedida.
La última carta.
I
Ya no te diré más loca,
ni te recordaré por malvada,
tu voz no sera mentada,
tu presencia se hace poca.
Mujer ¿Ya qué más nos toca?
al recuerdo sepultura,
al dilema la finura
de la suave absolución.
Un perdón sin condición
de diadema en tu figura.
II
Ya no hace falta nombrarte
ni hace falta reflexión,
ya se dio la secesión
y lo sabio es respetarte.
Ya no hay consejo que darte
ni palabra por decirte.
No hace falta dirigirte
los más bonitos deseos,
no hacen falta más rodeos
ni hay un perdón por pedirte.
III
Que la paz este presente
y no haya que conversar
si te llegas a cruzar
con este ser casualmente.
Espero que gentilmente
nos obviemos sin problema,
que no se crezca un dilema
que no se haga un contratiempo,
ya paso bastante tiempo
y lo pasado no quema.
IV
Ya no existo yo en tu mundo
y tú ya no eres visible,
caso fuerte y bien risible
aquel dolor tan profundo.
Sin embargo estoy jocundo
y tengo el cantar en el pecho,
porque ya es para mi un hecho
que en lo profundo del alma
la paz y también la calma
son siempre herencia y derecho.
V
Un quinto para el final
pues esta idea es más larga,
ya no necesito adarga
ni hay vela en el funeral.
Ya de forma natural
es el final de esta racha,
el destino nos despacha
en el camino al olvido,
y es que de lo que he vivido
hoy te digo "adiós muchacha".
¡Rawrf!
Si te gusta, veeeeeeerga, no lo dediques a menos que estes seguro; no vaya a ser que te arrepientas luego y te toque tragarte tus palabras.