Amor de una madre por su hija.

La derrota solo existe si tu se lo permites.

Una historia de amor verdadera, que no se apaga con el tiempo, un amor de una madre hacia su hija.

La historia comienza.

Un sábado en la mañana mi madre y mi tía caminaban por el centro de Maracay buscando cosas para mi cunita. Iban por la plaza Bolívar cuando a mi mamá le empezaron los espasmos del trabajo de parto.

• Me esta doliendo mucho - dice mi mamá.
• Eso es que no pones a caminar a la niña ¡camina floja! - Respondio mi tía.

Ninguna de las dos pensaba que yo tenía ganas de salir porque apenas tenía 26 semanas, pero al paso de los minutos las contracciones musculares provenientes del útero de mi mamá aumentaban en frecuencia e intensidad hasta que llegó un momento en que mi mamá dijo que ya no podía más.

Mi mamá toma el autobús público y le dice mi papá que tiene que ir al médico. Ella va con su médico de cabecera en una clínica al día siguiente, que al examinarla dice que ya está en trabajo de parto y que ya es muy tarde para parar el proceso. El doctor Le recomiendo que se dirija al hospital Central de la ciudad, ya que por mi tiempo de gestación no había garantía de vida, podría pasar un mes y aun había la posibilidad de que yo sucumbiera y dejará a la familia endeudada por estar internada en una clínica.

Eso le dice el doctor a mi padre, quien un poco nervioso se dirige a comunicárselo a mi mamá, sabiendo que uno de los más grandes miedos de ella era ser atendida en un hospital, ella pensaba que si ese día llegaba iba a morir en ese lugar.

Pero si la única opción que quedaba era la más riesgosa, entre no hacer nada y darlo todo; sólo queda darlo todo.

Y así es como mi mamá llegó al hospital Central, una mujer, joven, primagesta, sin ninguna advertencia de que algo podría ir mal, en un día normal, estaba a punto de dar vida a una niña de 26 semanas... 5 meses y medio, que "no tenía garantía de vida".

Y así empezó todo, así comenzó mi historia. Nací un 05/03/1995 a las 11:45am, pero el trabajo de parto no fue tan sencillo.

No podía dejarme salir en ese momento los doctores decían que había que estresarme evitando que llegara al periodo de expulsión, ella lo hizo aunque no supo el porqué.

Y ahí iba yo, desde el primer día siempre impaciente, necia y caprichosa, siempre tratando de llegar más rápido que los demás, por eso me adelante más de tres meses.

Un domingo 5 de marzo nací yo, 36cm y 1 kg; del tamaño de una regla escolar.

Nací yo, pero no fue como todos los niños, ése día mi mamá no me vio, no fue como a todas las mamás, mucho menos me cargo, no se escuchaba el llanto del bebé que nació y un olor feo se esparció.

Estaba infectada.

Tenia una septicemia, la causa no estaba del todo clara, lo más probable es que fuera por prolongar el trabajo de parto.

• Ése día para limpiar mi sangre me hicieron una exanguineo-transfusión; el procedimiento consiste en extraer lentamente la sangre de la persona y reemplazarla con sangre o plasma fresco de un donante. Y luego me administraron aproximadamente 4 transfusiones más.

• Baje de peso; 500 gr.

• Tuve una encefalopatia no progresiva; mejor conocida como paralisis cerebral por hipoxia, o quizá por la infección, o por la hiperbilirrubinemia... en realidad habian muchos factores.

-Estaba internada en cuidados críticos, donde mi mami me veia desde un vidrio transparente.

Ella estaba ahí, todos los días, ¿cómo es posible que se puede amar tanto a alguien que apenas acabas de conocer?, ni siquiera me habías visto, y ella estaba allí todos los días desde muy temprano hasta muy tarde esperando y deseando que yo me recuperará, sin siquiera conocerme.

Y así pasaron los primeros días, de revista médica en revista médica, pasaban los médicos todos los días a informar la situación de cada hijo y siempre faltaba yo.

• Dr, ¿y la hija de Peniche.
• Ay, señora ella es una cajita de sorpresas.

Nadie sabía que decirle, era la más pequeña de todos y ninguno de los doctores había tratado con un bebé tan prematuro...

• Mamá, ¿lloraste alguna vez? - Me atreví a preguntar.
• No. - respondio ella.
• Estoy pensando que no tienes sentimientos. ¿Cómo lo hacías?
• había un doctor, un especialista. Yo lo esperaba todos los días para que él te examinará, sin importar que los residentes ya lo hayan hecho. Él era el único que decía que todo iba bien, que el caso no estaba tan difícil, para mí era suficiente que él lo creyera así, para que yo lo hiciera, aunque sólo fuera una persona, yo creía en él.

A los 15 días una enfermera por primera vez me saca de la incubadora y me levanta para que mi mamá vea a través del vidrio. La primera vez.

5 días después, por fin dejan que mi mamá me cargue por primera vez.

• eras tan pequeña, cabias exactamente en mi mano, tu cabeza salia un poco por encima de mis dedos y tus pies colgaban a los lados de mi mano. Tus piernas y tus brazos eran del tamaño de mi dedo meñique, no medias más que una regla.

-No llegaba ni a los 15 minutos en los que te podía cargar, porqué te ponías toda morada y había que volverte a poner en la incubadora. No sólo tenía una incubadora, también te ponían como una máscara de oxígeno, y te daban la leche por sonda, no sabías succionar, y ellos tampoco querían que aprendieras en ese momento porque el succionar haría que perdieras más energía y bajarás más de peso.

• ¿Qué hacías mientras me cargabas?
• te hablaba, y te cantaba, me gustaba mucho la canción de la muñequita fea...

** Y de esta forma se cumplió 1 mes **

Ya puedo subir un piso en éste hospital, significa que estoy mejor, pero mi mamá no quieren que me suban porque hay rumores de hospital que dicen que todos los niños que suben a piso, bajan de nuevo más mal de lo que estaban antes. Así que mi mamá trataba de evitar que me subieran a piso, pero se infectó el lugar donde yo estaba y ya no había más opción.

Subi a piso, ahora con nuevos doctores y nuevas enfermeras. Me enseñaron a succionar, me pellizcaban para que yo me moviera y chillara, esas es enfermera siempre fueron muy dedicadas. Mi mamá se acuerda de grandes enfermeras, de ellas mi madrina la negra, Reina, y María la fea. Y los doctores Lugo Perales, Gladys Pérez y la doctora Sierra. Gracias por dar todo de sí, para que yo estuviese aquí, contando esta historia.

De ahí todo fue a mejor, iba subiendo de peso hasta alcanzar un kilo y medio cuando por fin después de dos meses me dan de alta y puedo conocer mi hogar.

Mi primera foto, mi primer dia en mi hogar, después de dos meses.

Desde el primer día me veía el neurólogo, mi desarrollo motor no fue acorde a mi edad, mi mamá me llevaba al pediatra con el doctor Lugo Perales, me llevaba al pediatra del hospital para que ellos tuvieran su seguimiento sobre mi, y en el hospital también hacia rehabilitación física... también tenía a otro fisiatra en el consultorio del neurólogo.

Todo el día de mi mami era dedicado a mi cuidado y mi desarrollo personal.

Neurólogo, fisiatra, pediatra... y un día mi papá notó que yo dormía en una forma extraña "toda doblada" y de esta forma se empezó a buscar también un traumatólogo.

El primer traumatólogo que me vio dijo que yo necesitaba 8 operaciones y que no garantizaba que logrará caminar, eso no era lo que mi mamá queria escuchar. Mi mamá no va a compartir sus metas con alguien que no cree en ellas, siguió buscando hasta que encontró el doctor ideal, aquí no necesitaba ninguna operación,el nuevo doctor recomendó rehabilitación. Gracias a que me iniciaron en la rehabilitación a muy temprana edad mi evolución fue muy satisfactoria.

Y asi empezo un nuevo reto.

Para mi mamá mientras una persona creyera que la meta es posible, ella daría todo y haría todo por hacerlo realidad.

Muchos doctores decían que yo no iba a caminar, que yo no iba a hablar, pero eso a mi mamá no le importa porque siempre había una persona que creía en ella y con eso era suficiente.

Y sí caminé, a los 2 años pero lo logre, corro y hasta puedo bailar pero no me gusta, también montó a caballo y ando en bicicleta, más bien soy una gran deportistas y les llevó a un montón de gente una morena en educación física.

Así que si se logró. Pasito a pasito nos iremos levantando.

Muchos pensaron que no iba a poder estudiar y ahora soy estudiante de cuarto año de medicina.

Todo fue gracias a ella, una madre que me crió con amor.

Que me tiene con orgullo.

Que da todo para que yo cumpla mis sueños.

Que vivió por mi.

No hay historia que supere éste amor verdadero, un amor que no espera nada a cambió y que sólo desea el bien al prójimo.

Ella es mi mamá la negra, una de las enfermeras que me cuido al nacer.

nunca había regresado tantas veces por un beso.

soy su muñequita fea.

Te amo mami.

Si te gusto mi post, ya sabes qué hacer

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