Huellas en la nieve - Por G. J. Villegas

Horas y horas de caminata por las montañas buscando a los exploradores perdidos. Las esperanzas de los familiares angustiados caían pesadamente sobre los hombros de los encargados del rescate. Hombres tenaces que no se dejarían vencer por las condiciones duras, por el frío intenso, por la perdida de oxígeno.

Sus pasos eran firmes y no se hundían en el metro y medio de nieve gracias a las raquetas sobre las que caminaban.

La desesperación y la inquietud crecía a cada hora que transcurría sin hallar a los perdidos. El tiempo era crucial, pues podría haber algún herido y no había forma de comunicarse con ellos.

Una gran ventisca empeoraba el panorama. Era imposible mirar siquiera algunos metros al frente. Pronto se fijaron en unas huellas que la nieve dejaba ver de manera tenue. La alegría creció en sus corazones por momentos. Por horas siguieron las marcas, luchando contra el viento y el frío.

Al terminar la tormenta, el desconsuelo les arrebató la felicidad y la idea de rescatar a alguien... en la nieve, las huellas que habían seguido por horas, eran las de sus propias raquetas...