¡Esto no tiene nombre, pero es Venezuela!

     Cuando ya se ha transitado más de la mitad del camino de la vida, todo cuenta, pero nada sorprende. No es por ejemplo, como en aquellos tiempos de noveles exploradores cuando el entorno te maravillaba con su multivariedad de lugares imaginados e inimaginados. El conocimiento y la experiencia, poco a poco, va haciendo la diferencia. Creces, maduras, y lo que ayer te parecía insignificante, hoy cobra valor. Ya no eres el mismo o la misma, ahora eres mejor, y es que definitivamente, la vida es un largo camino que debemos transitar para ir en la búsqueda y consecución de todo aquello que nos haga mejores seres humanos, personas y ciudadanos. Para atrás, como dicen en mi pueblo: "Ni para coger impulso".

Pero, la mayoría de las veces, toca ver cosas como las que a continuación enunciaré, sin ningún orden específico:

Ver a una madre, de cualquier edad permisible, dar a luz a su hijo, en el suelo o en cualquier otro lugar inapropiado, porque no se cuenta con los recursos ni económicos ni materiales para darle la bienvenida a un nuevo ser... ¡No tiene nombre!

Ver a un padre de familia, llorando porque no tiene nada que llevar a su casa, para comer, y así contribuir con la alimentación de su esposa, hijos y demás familiares cercanos... ¡No tiene nombre!

Ver a una persona adulta mayor, recostada de una cama, con alguna dolencia, y sin contar con los recursos económicos y materiales, para atender su necesidad básica, después de haberle dado con su trabajo, tanto, al país... ¡No tiene nombre!

Ver a un perro o perra, abandonado a su suerte o mala suerte, en cualquier calle de mi país, sucio, maloliente, hambriento, asustadizo, indefenso y a merced de la desidia de infinidad de personas... ¡No tiene nombre!

Pero, los anteriores, son solo algunos ejemplos que puedo citar de la realidad más cercana a mí y a los míos. Es una realidad que día a día golpea y golpea, más y más fuerte, mientras que las soluciones parecen lejanas y hasta quiméricas... y la verdad es que esto: ¡No tiene nombre!

Duele saber que, todos los días mueren personas por no ser atendidas clínicamente porque en los hospitales no hay ni algodón, ni alcohol, que es lo más básico en cualquier centro de asistencia a la salud, tanto público como privado... y ciertamente, esto: ¡No tiene nombre!

Duele ver, como niños, niñas, adolescentes, jóvenes, y adultos contemporáneos y mayores, junto con los perros, perras, gatos y gatas, revisan las bolsas de basura, buscando algo que comer... y dolorosamente, esto: ¡No tiene nombre!

Astía ver y escuchar a los políticos, creando problemas para luego ellos(as) mismas aplicar soluciones, pero errando en el intento, y pensar, y saber que cada vez más, vamos en retroceso... y socialmente, esto: ¡No tiene nombre!

Causa angustia, saber que miles y miles de venezolanos se ausentan de su país natal, dejando a familias y amigos, solo por ir a buscar en otro país, un presente y futuro mejor... y sinceramente, esto: ¡No tiene nombre!

Es muy triste tener conocimiento de los casos de xenofobia que afectan a tantos y tantos venezolanos en países cercanos y distantes, sea por las causas que fuere, no es el momento para pagar con odio y rencor ninguna deuda moral o espiritual de ningún venezolano, porque actitudes egoístas y mezquinas, en realidad: ¡No tienen nombre!

Lo que si tiene nombre es el Máximo Creador, el que todo lo sabe, lo ve y lo puede, y a él es a quien todos los días de mi vida, le pido por los míos (mis familiares y amigos), los desconocidos y hasta por mis enemigos... En el confío plenamente, y estoy seguro que, más temprano que tarde, mi amada ♥Venezuela♥ resurgirá de las cenizas, y se hará próspera, manteniendo sus puertas abiertas para todos los ciudadanos venezolanos en el extranjero, y aquellos que de otras nacionalidades, quieran quieran vivir en suelo venezolano.

Yo creo y confío en la Divina Providencia y en mí, nótese que pese a las dificultades, en las fotografías que seleccioné para acompañar este post, estoy sonreído, pero no estoy feliz, solo le estoy ofreciendo al mal tiempo, mi buena cara; pero estoy seguro, que muy pronto, con la anuencia del Todo Poder y Gloria, volveremos a ser la ♥Venezuela♥ que siempre fuimos... y nunca debimos dejar de ser. Pero, que todo esto nos sirva de vivencia, experiencia y lección, para aprender y ser mejores.