La belleza de lo simple entre el horror de lo masivo

in #castellano6 years ago (edited)

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He tenido la oportunidad de reflexionar mucho últimamente. Me da por ser filosofo en mis ratos libres, y ciertamente trato que sean muy extensos. Entre mis lecturas de Stephen King (cuando finalmente me he dado a la Tarea de leer It) y mi ocupación en la reparación de computadores, me tomo el tiempo de mirar a mi alrededor y simplemente vivir. Alejarme del caos trepidante de la ciudad fue un acierto total para mi, dejándome descender con facilidad a la caverna de mi mente.

Poco a poco he podido discernir escuetamente la forma tan silenciosa en la que el universo nos habla. Soy filosoficamente panteísta, y veo a dios como la totalidad de la existencia misma. Como cada movimiento cuántico en la profundidad de una molécula, así como cada evento cósmico de dimensiones titánicas. Para mi es una presencia divina hasta el simple roció deslizándose sobre una hoja de café, y es una experiencia espiritual desde el cultivo de su fruto, el proceso de secado y molienda, hasta el sorbo de una taza humeante que profundiza mis sentidos al contemplar el alba.

Es una forma placentera de observar el mundo, y personalmente me ha satisfecho. Pero siendo demasiado estrictos con la idea se hace imposible no incomodarse. Aceptar como divino cada evento que ocurre en nuestra realidad como parte de un todo que puede ser tan bueno, o malo, según nuestra percepción la describa; me deja en la complicada posición de concebir a dios como un ser que no entiende, ni se preocupa, por las vicisitudes tan infinitesimas que ocurren en nuestro mundo. Siendo sensato, tiene absoluto sentido.

Pero aunque mi posición religiosa es más agnóstica, mi convicción espiritual me obliga a analizar la naturaleza de esta entidad panexistencial si tuviese algún tipo de conciencia. Es allí cuando me detengo a escuchar sus murmullos, y contemplo con atención su vía de comunicación más directa. Cada ser con vida posee algún tipo de ciclo; de hecho, cada partícula de este universo lo tiene. Somos seres cíclicos en constante movimiento en un planeta que no se detiene.

Y es en esos ciclos que escucho a Dios, señalándome como trabaja. Observo una semilla germinado en la arena para dar un árbol, o un arbusto, o quizás un matorral, que dará flores que atraerán abejas y mariposas. En ese momento escucho. Veo a las abejas volar para esparcir el polen por toda la montaña, antes de volver a la colmena para crear miel, y a la mariposa perderse en el aire para morir algún día y ser devorada por hormigas. Entonces, lo oigo.

Veo a la flor convertirse en un fruto, que al madurar brinda a las aves el alimento más sencillo, y a los hombre y mujeres la merienda más dulce. Escucho los murmullos. Veo a un ave cazada por un gato bien listo, que asechó sin ser detectado cuando aquel pájaro malafortunado intentó comer de una fruta caída. Escucho al universo hablar, diciendo quien es, cuando cubro mi nariz para sortear el fétido olor de un gato inerte, que siendo degenerado por gusanos abona la tierra, para dar paso a una semilla que otro ave deja caer por accidente sobre el cadáver ya seco del gato, y dar un fruto nuevo en un árbol por nacer.

Escucho...

Murmura...

Yo reflexiono...

Es sólo vida, es sólo muerte.

Es sólo un ciclo que no se detiene.

Siempre he sido bastante ajeno a la idea de un Dios que juzga y condena, que perdona y obsequia. Disiento mucho del cristianismo en ese sentido. Más aún, no concibo la idea de que una deidad descrita como bondadosa observe la fría fatalidad siendo tan común. En cambio lo que percibo como dios es una naturaleza viva que si tuviese conciencia propia, no seria más que un espectador neutral ante nuestra caótica realidad.

Albert Einstein, el panteísta más famoso de la historia, compartía esta idea. El describía su creencia en una deidad como la misma de Spinoza. Era este dios de Spinoza uno que simplemente deja que la vida siga su curso, que no juzga ni condena, sólo da espacio a cada ser para definir su propio destino entre las olas de eventualidades que chocan en el océano de la propia existencia.

Es el orror de lo masivo tan propio de Dios como lo más simple y bello. Es la impía y calmada muerte tan hermosa como la más productiva vida. Todo es un ciclo sin fin que vuelve a su inicio; todo es un trayecto circular que recorre la vía de la existencia y vuelve a la nada. A veces me olvido del presente y sueño con un futuro incierto, y veo mas allá de lo imposible intentando encontrar la razón de todo esto. Esa respuesta quizás nunca me sea dada, pero aun así me atrevo a escuchar al universo, en caso de que algún día la susurre.

Gracias por leer. Un abrazo enorme.

Daniel Eduardo Alba @huesos.png

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Fantástico escrito. Me fascinó.

PD: Qué te pareció IT???

Hola otra vez, Daniel! Acabo de notar que votaste uno de mis post. Gracias por eso; pero te recomiendo que no votes post que tengan más de una semana de publicados, ya que estos dejan de generar recompensas. Saludos!

Se me pasó por causa del disfrute del mismo...el próximo será reciente.

Apenas llevo algunas paginas adelantadas, y ya he visto la reciente pelicula. Pero si debo resumir lo que hasta ahora percibo es que Stephen King es un genio, y me hace sentir sumamente incompleto como escritor. Definitivamente la poesía y el horror pocas veces son tan bien combinados en una novela, y ya bastante experiencia tengo con el género.

Pero yendo de vuelta al tema principal: ¿Como ves tú al universo?

Stephen King es uno de mis escritores favoritos. Lo leo y pienso que jamás podré escribir algo así. It fue una de las primeras novelas que leí; me volvió adicta el genero de terror. (No he visto la película; no quiero que me arruine el libro XD)

Sobre el universo... Trato de no verlo XD Prefiero enfocarme en mi mundo interno, porque, honestamente, soy muy sensible a lo que transcurre a mi alrededor y padezco depresión. Si me pongo a analizar y buscarle el sentido a las cosas me pego un tiro (broma XD) Soy atea. Para mí, no hay vida en el más allá, no hay ningún destino escrito, no hay justicia divina o humana... Por eso solo me enfoco en mi actuar, en mi arte y en mis escritos. Pero me encanta leer sobre las perspectivas que tienen otras personas sobre el mundo.

Créeme, la película sólo te dará mas gusto y amor por la historia. Demasiado fiel dentro de lo que cabe, y muy bien narrada.

En el sentido mas estricto soy agnóstico, pero dentro de mi agnosticismo concibo como posible el Dios de Spinoza sobre otras deidades. En lo filosófico, sin embargo, concibo como real todo lo que me rodea. Por consiguiente, sin diferir de mi agnosticismo, ver al universo como dios es una forma de creer en un dios real y palpable.

¿Será que los escritores estamos destinados a vivir deprimidos?

A mí la depresión me volvió escritora XD

¿Será que los escritores estamos destinados a vivir deprimidos?

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