"TITO EL OSO HORMIGUERO Y LA HORMIGUITA MERLINDA" Por: Irma Pulido

Fecha: 7/7/2012

Era un día domingo y todos los animales del bosque se encontraban muy animados ya que se preparaban para una fiesta que daría Tito el oso hormiguero en honor a su cumpleaños. Pero a Tito no le importaba tanto la fiesta como la presencia de Merlinda, la hormiguita, que tanta lata le había dado para atraparla ya que era muy lista. Él quiso que ella fuera su invitada especial para ver si esta vez sí lograba comérsela porque las hormigas son su platillo favorito y cada vez que ve a Merlinda se le hace agua la boca.


Mientras tanto, Merlinda se prueba el vestido que lucirá en la fiesta de Tito. Una vez que se hubo probado el vestido, Merlinda se dirigió a casa de su prima Katy para pedirle que la acompañe a la fiesta ya que no quería ir sola. Al encontrarse con Katy se saludan:


-Hola, prima ¿Cómo estás?


-Muy bien ¿Y tú? Qué tal ¿Y ese milagro? ¿Qué te trae por aquí?

• Bueno, prima, vengo a invitarte a que me acompañes a una fiesta que dará Tito por su cumpleaños
  
  
• ¡Oh, no! ¿Qué te pasa? Tito nos comerá. Hace tiempo nos tiene ganas.
  
  
  -No, prima, descuida. Somos más listas que él. Ya verás cómo nos vamos a divertir sin tener problemas con ese tonto. Más aún cuando coma el pastel especial que le preparé para que tenga un feliz cumpleaños.
  
  
  Merlinda había preparado un pegamento con mucha resina para que la pega quedara bien fuerte y como la resina es dulce cubrió el pastel y cuando la meta a su boca…¡Pobre Tito!
  
  
  El pastel era pequeño ya que así podía comerlo todo de una vez. Lo adornó lo mejor que pudo para que se viera más delicioso y cuando Tito lo viera quisiera comérselo de una vez-
  
  
  -Ojalá sea así y se le mantenga un tiempo la trompa cerrada y no nos moleste –Comentó Katy.
  
  
  Se despidieron. Quedaron en verse más tarde para ir a la fiesta. Cuando llegó el momento Merlinda pasó por casa de Katy a buscarla para irse juntas. Mientras ellas iban en camino Tito estaba inquieto esperando la llegada de Merlinda quien estaba cerca.
  
  
  Tito, al verlas llegar, no disimuló la relamida que dio a su trompa ya que tenía dos hormigas para él solito. Les dio la bienvenida:
  
  
  -Hola, Merlinda ¡Qué alegría me da verte y qué gusto me da que hayas venido en compañía de tu prima! Hola, Katy ¿Cómo te va? Espero que la pasen bien. Es una tarde maravillosa.
  
  
  Tito se relamía una y otra vez sin disimular las ganas de comerse a las hormiguitas pero ellas estaban alertas y adelantándose Merlinda, antes que ocurriera algo, ella le entregó el pastel a Tito y le dijo:
  
  
• Esto es para ti. Es un pastel especial por ser tu cumpleaños. Como ves es pequeño para que lo disfrutes tú sólo ya que eres el cumpleañero y mereces comerlo antes de entrar ya que si lo ven tus amigos van a querer y no alcanzaría para todos. Así que cómelo para luego entrar sin problema alguno.
  
  
  Tito cayó en la trampa de Merlinda y de un tragón se metió el pastelito en su boca, pero al comenzar a mojarlo con su saliva, la pega que contenía el pastel comenzó a ablandarse pegándosele la lengua con todo y trompa. Sólo se le oía un quejido:
  
  
• Mmmmm…
  
  
  Merlinda y su prima disimularon la risa:
  
  
  -Ay, perdona, Tito. Olvidé decirte que endulcé el pastel con suficiente resina para que te quedara muy dulce pero creo que se me pasó la mano…pero, bueno, no es nada de gravedad. Mañana estarás bien. Vamos, entremos a la fiesta que está muy animada.
  
  
  Todos bailan y, tomando a Katy de la mano:
  
  
• Vamos, prima, disfrutemos con tranquilidad que a eso vinimos, a disfrutar-
  
  
  Mientras las hormiguitas entraban Tito rabiaba y sólo se le oía:
  
  
  -Mmmmmmm…
  
  
  Y no le quedó otra que entrar y disimular la broma que le había hecho Merlinda.
  
  
• Vamos a compartir juntos la diversión – Dice Merlinda, aunque para Tito no era nada divertido tener su trompa pegada. Sin poder comerse a las hormigas. Tampoco podía reír, tomar ni comer nada, ya que su boca se mantenía pegada totalmente.
  
  
  Mientras Tito refunfuñaba Merlinda y Katy se divertían libremente sin ningún temor a que Tito se las comiera. Este quedó por largo tiempo con su lengua y trompa pegadas. Merlinda y Katy supieron divertirse y pasar una velada tranquila.