Comparto contigo el sentido de tu post, despojarnos del juzgar y entrar en el reconocimiento del otro, en su ser y hacer, es todo un reto. Aceptar la distinción del otro nos haría crecer como especie. Te comento algo que escuche de un conferencista: el utilizó una metáfora que me ha llevado a reflexionar: "Somos la piel de Dios", en esencia cada uno de nosotros es un "poro" que a la vez formamos un todo, por lo que todos somos uno". ¿Qué te parece?
Me gusta se parece a una que escuché y suelo usar: Dios es el mar y nosotros somos una gota de él, estamos hechos a su imagen y semejanza, y aunque la gota tenga la esencia del mar, no es el mar.
Muy importante eso de "despojarnos del juzgar", qué difícil es, pero es el reto que nos toca.