Lie tuvo una semana muy atareada y cada vez que llegaba a casa leia el diario de Dank y cuando lo hacia, no podia contener sus lagrimas, era un niño esplendido a decir verdad, pero todo lo que tenía que vivir y lo que veia en el hospital; simplemente le rompia el corazón, mientras mas leía, se daba cuenta de que había pasado casi toda su vida en ese lugar, y ahora estaba pasando por una especie de recaída, pero en cada páginas estaba muy claro que Dank no perdía las fuerzas, ni la esperanza en recuperarse de la leucemia que invadía su cuerpo.

Sus pesadillas cada vez eran menos detestable y se podía decir que fueron transformándose en algo bueno, como la historia que estaba escribiendo; sobre la chica que conocía al niño en el parque.
Termina de arreglarse y sale de su departemento para ir a visitar al pequeño Dank, cuando llega al hospital y una enfermera la lleva hasta donde el esta no consigue disimular su asombro.
- Cambio de look - dice Dank mientras le guiña el ojo.
Ella sonríe con tristeza : - Te queda bien ese corte.
- Lo se, soy todo un galan - ambos sonrieron y se sientan en una de las mesas de la sala de juegos y ella le muestra lo que llevaba escrito de su historia.
Dank parece complacido y le agradece a Lie por tomarlo en cuenta, y luego pasan el día hablando y jugando con los demás niños del centro hospitalario. Ella misma se sorprendió al darse cuenta de la bien que se llevaba con los niños.
Al final del día, Lie se despide de su pequeño amigo, Dank y le promete volverlo a ver cuando tuviese tiempo libre.

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