No es un adiós, sino, un hasta luego.

La muerte como una bienvenida.

Creo que cuando la vida te toca de una manera tan drástica, te das cuenta de tantas cosas que dejaste de hacer o de amar, simplemente por el capricho del orgullo o por tonterías. Somos tan básicos en la vida, que no nos percatamos de aquellos momentos que son irremediables, que triste es saber que alguien se te va y nunca pudiste dedicarle un tiempo en especifico, porque estabas ocupado en tus asuntos; cosas como esas te bajan de un solo coñaso a la tierra y, te dice algo muy importante, hoy estamos, mañana no se sabe.

Con la muerte de mi padre aprendí, que la felicidad son solo momentos y que esos momentos tienes que disfrutarlo al máximo, como reza el dicho nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde, cruel pero es la realidad más tangente que hay en el universo. Y pensar que yo veía la muerte como algo insignificante, pero es todo lo contrario, tiene tanto significado la muerte, que cambia la perspectiva de vivir la vida, me recuerdo del libro de Octavio Paz; El laberinto de la soledad, palabras más, palabras menos, si no morimos como vivimos es porque no fue nuestra la vida que vivimos: no nos pertenecía como no nos pertenece la mala suerte que nos mata. Dime cómo mueres y te diré quién eres. Ese libro más el hecho de la muerte de mi papá me puso a pensar; ¿que coño de la madre estoy viviendo? Y la respuesta es sencilla NADA, mi viejo siempre me decía hijo, disfruta, sal, vive, te preocupas mucho por el ahora y por el mañana y te olvidas de vivir. Y tenía razón, lastima que lo reconocí después que partió, sin lugar a dudas, tengo y tenemos que empezar a vivir, las cosas que tienen que pasar, pasarán no por eso tienes que encerrarte en tu mundo y olvidarte de aquellas personas que son tu seres queridos, se los digo por experiencia, es super difícil escribir y no estar llorando y aun más cuando nunca pudiste decirle a tu papá te amo.

Mi consejo, es que vivan la vida, no que la vida los viva a ustedes, amen a sus padres, hermanos, esposas e hijos, como si supieran que el mañana no va a existir, dedíquenle el tiempo que sea necesario, el trabajo, las cosas materiales son pasajeras, pero el amor de una familia siempre quedara impregnada en la memoria de nuestros sentimientos.