Charla del Dr. Alexander Moreno, desarrollada a principios del mes de marzo (2018) ante un grupo de jóvenes interesados en participar en las actividades de la naciente comunidad de Steemit, PROCONOCIMIENTO

Lo que primero tengo que decir hoy aquí ante ustedes, habida cuenta la temática que ha servido de convocatoria a este encuentro académico (al cual han tenido la bondad de invitarme como conferencista) es que el proceso intelectivo a través del cual los seres humanos, digámoslo así, aprendemos, no suele ser como si ahorita se nos ocurriera encender la luz oprimiendo el botoncito que vemos ahí en la pared derecha de este salón. Es decir, nosotros los humanos no solemos aprender, de manera inmediata. Claro, cuando yo hablo aquí ante ustedes, de aprender, me estoy refiriendo a algo que va mucho más allá de obtener en un momento dado, una simple información de tal o cual acontecimiento… No se trata, pues, de saber, de un momento a otro, cómo se llama esta dama que está a mi frente; o de enterarse si hoy bajó o subió el euro, el dólar o el yuan. Es que cuando nos referimos aquí de “aprender” estamos significando una acción pensamental que va mucho más allá de lo meramente informativo, memorístico. Hablamos, más bien, de apropiarnos abstractamente del sistema en virtud del cual equis o ye material se conforma, vive, se mueve. Siguiendo con el ejemplo que acabamos de traer a colación… Si no solo se trata simplemente de saber si tal o cual signo monetario subió hoy, o bajó, sino de saber un tanto acerca de las razones (de mercado, políticas, en fin) a través de las cuales el fenómeno en referencia se está dando, pues entonces… ¡sí estamos hablando de aprendizaje!

Reitero, amigas y amigos. Se trata de tomar el pulso al sistema implicado en el material sujeto a la apropiación cognitiva, pensamental. Cuando yo hablo aquí ante ustedes, de sistema, me estoy refiriendo, como ustedes bien advierten, a la estructura de la cosa que se pretende aprender… Me estoy refiriendo a las reglas de juego constitutivas del material sujeto al tratamiento heurístico.

Es que todo en la vida es sistémico, estructural. ¡Todo!... los fenómenos naturales, las relaciones sociales, el pensamiento mismo, el lenguaje, la emocionalidad, el contexto propio de la individualidad humana… Reitero, ¡todo, es sistémico, estructural!

Siendo así todo aquello que es susceptible a ser conocido, pues bueno es tener claro que el aprendizaje arranca en el momento en el cual el sujeto capta la manera cómo el material (sujeto al procesamiento pensamental) está organizado estructuralmente.

Bien. Pasemos ahora a considerar el título de esta charla… “¿Qué es producción intelectual?”.

Cuando en la relación que usted hace con un determinado material, llega a apropiarse cognitivamente –en determinado grado de significatividad- del sistema propio de tal material, y además decide su persona exponer por alguna vía expedita, esa apropiación abstracta que hizo… ¡pues usted está haciendo una producción intelectual! La producción intelectual es la creación que los seres humanos hacemos de aquellos conocimientos (hechos lenguaje) que surgen tanto del trabajo indagatorio sobre la realidad (y de otras dimensiones), como del trabajo de invención unido de alguna manera a dicha labor investigativa. La producción intelectual es la forja de conocimientos; sean éstos de carácter descriptivo o sean éstos de carácter inventivo. Dentro de los primeros, podemos citar –a manera de ejemplo- la ciencia; dentro de los segundos, el arte, la tecnología, en fin.

Debo insistir ante ustedes que cuando hablamos de los temas susceptibles a la producción intelectual, no solo hay que considerar la realidad objetiva (naturaleza y relaciones sociales), sino a todos aquellos factores que integran lo humano; vale decir, el pensamiento en sí, la emocionalidad, el lenguaje y el proceso de conformación de la individualidad personal.

No han sido pocos los teóricos que han venido ocupándose de cómo hacer una clasificación de la producción intelectual. Este esfuerzo por establecer un criterio mediante el cual se pueda contar con una taxonomía sobre la producción intelectual, ha sido muy rica. Se ha llevado a cabo en muchas latitudes. Aquí en Venezuela ha resultado muy fructífera.

Tengo que decir que en el referido proceso, ha venido aflorando un importante sentido de acuerdo; se cuenta con un significativo background sobre el asunto. Cierto es que no existe una uniformidad absoluta sobre los términos usados en una latitud y en otra, pero, a final de cuentas, hay acuerdo, hay coincidencia conceptual, en fin.

La venezolana Ley sobre el Derecho de Autor (de agosto de 1993), por ejemplo, en vez de “producción intelectual” da cuenta de “obras del ingenio de carácter creador”; y las clasifica en los siguientes términos:

• Científicas.
• Literarias.
• Artísticas.

Como veo aquí que la mayoría de los participantes son jóvenes, no debo dejar de decir que ya en ese año 1993, el legislador hizo justa y muy extensa consideración de las vías electrónicas como método y como exposición de las obras del ingenio.

En el año 1996 se llevó en la Universidad de La Habana un evento académico que asumió el tema de la producción intelectual, de manera muy especial. “Junta Consultiva sobre el Postgrado en Iberoamérica” fue el nombre de dicho congreso. Por Venezuela fue una nutrida delegación. Honrosamente me tocó ser parte de ésta. Quiero traer a colación aquí una cita textual de la ponencia que en tal oportunidad desarrolló el conciudadano Dr. Víctor Morles (de la Universidad Central de Venezuela).

Se propone que la producción intelectual –en tanto requisito sine qua non para la producción material o económica de las sociedades modernas- sea considerada como el fin esencial de la educación en sus estratos más altos. Como consecuencia de lo anterior, se propone a los intelectuales (…) trabajar en el diseño e instauración en cada uno de nuestros países, de sistemas nacionales de producción intelectual –dirigidos a la satisfacción de las necesidades espirituales o más altas de la humanidad- (…).
La producción intelectual está compuesta por:
La creación científica (investigaciones, teoría y ciencia consolidada).
La creación técnica (inventos, diseños, adaptaciones, planes y proyectos).
Creación estética (literatura, artes plásticas, música, deportes, etc.).
Trátase, a final de cuentas, de creaciones culturales todas ellas que como totalidad cada vez más, desempeñan un papel determinante en el desarrollo y calidad de vida de los pueblos.

La Ley Orgánica de Educación de Venezuela (año 2009) asume con claridad y brillantez el tema que nos ocupa (tomando distancia, así, de los sesgos que acusa en otros apartes de su cuerpo normativo). Da cuenta en el Artículo 32, de la categoría “creación intelectual y cultural” y la estratifica en:

• Forma humanística.
• Forma científica.
• Forma tecnológica.

Felizmente me ha llegado a las manos el documento fundacional de PROCONOCIMIENTO, en tanto comunidad que hace vida en la gran red Steemit. Veo que esta prometedora plataforma electrónica asume, coherentemente con su propio carácter corporativo y con lo que hemos estado tratando aquí la tarde de hoy, la categoría producción intelectual, a tenor de cuatro vertientes. Estas cuatro vertientes incluyen las tres que maneja la Ley Orgánica de Educación e incluye otra, arte.

Interpreto que la Ley Orgánica subsume el arte como parte de “la forma humanística”, lo cual –a mi juicio- no es una inverosimilitud; no obstante concebir lo artístico como una subcategoría aparte, me parece aún mejor. No olvidemos que lo humanístico asume el objeto hominal a tenor de lo filosófico. En esto lo teórico-especulativo (lo disquisitorio) es el rasgo principal. Como ejemplos de producción intelectual en el rubro humanístico, podemos traer a colación, piezas textuales referidas a antropología; a las diferentes corrientes filosóficas; a los ideales religiosos; a contenidos axiológicos (valores ideológicos); a psicología; etc. Tampoco debemos pasar por alto que en lo científico, lo determinante (en la asunción de la realidad como objeto) es la objetivación, la comprobación. También el apego a los términos ordinales de la lógica, tanto en el tortuoso trabajo investigativo como en el riguroso trabajo expositivo. Forman parte de la producción intelectual en el aspecto científico, aquellos textos relativos a biología, química y física (y las disciplinas que se mueven en las bisagras existentes entre éstas); a economía política, sociología y otras disciplinas que preponderan en su hacer las relaciones sociales; a la matemática; a las disciplinas computacionales; etc.

También hay que tener claro que lo tecnológico lleva consigo lo normativo, lo procedimental, lo constructivo; ello con la apoyatura preferencial de lo científico. Son ejemplos de producción intelectual en lo tecnológico, inventos electrónicos, mecánicos, etc.; programas de instrucción; aparatos eléctricos; planes de desarrollo agrícola; en fin.

Lo que privilegia la producción intelectual a partir del arte, es la creación de lo bello (aun con lo relativo y lo variopinto que el asunto lleva consigo). Ello en términos plásticos (pintura, escultura…), de movimiento (danza, mimo…); de sonido (música…); de la pléyade de formas novedosas unidas al mundo informático; de la gigante versatilidad de la palabra (novelística, poesía…); de lo concerniente al gusto (cocina…), al olor (perfumería…); en fin.

No quiero finalizar esta breve charla, sin retomar las ideas que sobre el tema del aprendizaje, expuse ante ustedes al comienzo. Tengo que decir que las referencias aquí ofrecidas ante ustedes sobre los distintos componentes que integran el concepto pedagógico denominado producción intelectual, evidencian que éste ha sido sometido a análisis sistémicos, estructurales a tenor del trabajo de varios entes (y a través de los últimos años).

Aquellos compañeros de PROCONOCIMIENTO que estén interesados en profundizar las ideas que acabo de exponer, pueden hacer especial consideración a las sugerencias documentales que a continuación gustosamente ofrezco…

• Sobre la categoría (pedagógica) aprendizaje, sugiero preponderar la obra de J. Bruner, “El Proceso de la Educación” y la obra de Benjamín Bloom, “Taxonomía de los Objetivos de la Educación”. En el primero, hagan especial consideración a la categoría “comprensión de la estructura”; en el segundo, a las subcategorías “análisis” y “síntesis”.

• Sobre la categoría (filosófico-científica) sistema, recomiendo la obra de Ludwig von Bertalanffy, “Teoría General de los Sistemas”.

• Textos tanto de la Ley Orgánica de Educación (sobre todo el Artículo 32 el cual se refiere a la educación universitaria) como de la Ley sobre el Derecho de Autor (sobre todo los Artículos 1 y 2).

• Blog de Steemit: https://steemit.com/@alexandermoreno
  Entre otros, allí hallarán los siguientes posts:
  -“La Tal Matemática Pura No Existe”. Post en Steemit.
  -“¿Se Rompió el Gavetero en la Ciencia? (Alusión a la Teoría General de
  Sistemas)”. Post en Steemit.
  -“Virtualidad se Relaciona más con Goma de Mascar que con
  Ordenadores”. Post en Steemit.

• Sobre la temática general de teoría del conocimiento (gnoseología), el libro “Fronteras Vivas entre Ciencia, Filosofía Ideología” (de Alexander Moreno).
  https://drive.google.com/open?id=1mL_yEyiBHnGgPDwl0AyL1X9xSxZaBmFd

  Debo concluir… ¡Hago votos por el éxito de PROCONOCIMIENTO!

  A través de las redes que establece Steemit y usando esta comunidad que ahora nace, pues podremos comunicarnos para ampliar la discusión.
  Gracias.