Saludos mis amigos steemianos, saludos para todos los que leen y disfrutan de la escritura steemiana. Quiero presentarles la segunda parte de lo que catalogué como nuestra invasión a los territorios de las demás especies de animales. ¿Qué hacemos? ¿Cómo actuamos frente al encuentro con un animal del medio salvaje? Hoy voy a contarles de cuatro encuentros silvestres.

Una noche, estando en el campamento de mis amigos los Aponte, en el Cinaruco. Estaba ya acostado tratando de dormir. A pocos metros de mi sitio de descanso está una mata de limón. De esta mata salía un croar que sonaba como un estruendo en medio de aquel silencio infernal que se vive en esas sabanas apureñas. A cada instante que pasaba se hacía más fuerte, insoportable. No pude aguantar más y me metí entre las ramas del limonero buscando aquel cantante reguetovallenatero que no me dejaba dormir. No fue tan difícil dar con ese ser, por su tamaño y por su cantar tan continuo. Era la rana más grande que he visto en mi vida, para que tengan una idea, tenía el tamaño de mi mano abierta. No se inmutó con mi presencia, más bien creo que ella o el, se agradó con mi presencia y siguió con su cantar. Salí de allí a buscar mi cámara, regresé y estaba allí, como esperando ser mi modelo de esa noche. Le tome la respectiva foto y como por cortesía, se fue de un solo salto, perdiéndose en la oscuridad de la mata de limón. Se fue con su música a otra parte.

Las ranas plataneras son animales anfibios que habitan por toda Venezuela, son tranquilos, se alimentan de insectos. Pueden estar en bosques, sabanas, a orillas de ríos, embalses, hasta en nuestras casas, siempre buscan la humedad de los baños para hacer de estos, sus hogares.

En los días de carnaval del 2015 fui con mi familia y unos cuantos amigos a otro campamento del Cinaruco, esta vez era el campamento Laguna Larga, del cual están encargados dos grandes amigos, Coco y Perro de Agua. Estando bajo unos árboles de mango, bien frondosos, escuchamos a otros visitantes decir que habían visto una culebra (serpiente). Estaban en lo cierto, a pocos metros de donde se encontraba nuestras carpas estaba una Tragavenao, no era de gran tamaño pero si lo suficiente para ser mi modelo del día. No sé qué buscaba tan cerca de los humanos, porque rara vez un animal de estas características, busca acercarse por cuenta propia a las personas.

La tragavenado es una serpiente boa constrictor, no es venenosa, mata para comer y es netamente carnívora. La forma de matar a sus presas es apretarlas fuertemente, hasta que se quedan sin aire y mueren por asfixia. Técnicamente utiliza la constricción, de allí su nombre. Personalmente no me gustan para nada, ninguna de las serpientes del mundo.